Frente al Centre Cultural Metropolità Tecla Sala, en L’Hospitalet de Llobregat, hay unas vallas que dicen en catalán: "Nos juzgan a todos" y "Movilízate". De propaganda electoral sólo se ven pancartas que piden "vota socialista". El lunes, el Partido Popular convocó a sus simpatizantes a un auditorio del centro para celebrar un acto electoral que teóricamente debía ser morboso y espectacular, un diálogo entre la candidata Cayetana Álvarez de Toledo, marquesa de Casa Fuerte, y José María Fidalgo, ex secretario general del sindicato Comisiones Obreras. Sin embargo, el diálogo derivó en una triste versión hispana de La cabaña del tío Tom. Que estamos en una fase involutiva de la historia lo pone de manifiesto de manera estremecedora el hecho de que la aristocracia vuelve a hacer alarde de su orgullo de clase y, al mismo tiempo, de su indulgencia con los serviles agradecidos.

Nadie se lo exigió pero, por si acaso, el sindicalista aseguró que "no se paga a nadie para venir aquí". O sea que el apoyo de Fidalgo a la candidata del PP, además de entusiasta, era gratis, lo cual tiene su mérito. El exlíder de CC.OO. continúa reivindicándose como sindicalista y hombre de izquierdas, y coherente con ello ha decidido avalar a una candidata del partido que quiere reducir incluso el salario mínimo. Quizás la marquesa considera que 900 euros para pasar el mes son excesivos, pero eso no quedó claro porque en L'Hospitalet no habló del tema. Tampoco del paro, pese a que en la segunda ciudad de Catalunya hay, según los últimos datos publicados, 39.344 trabajadores sin empleo. Tampoco habló de las pensiones, a pesar de que la inmensa mayoría de los asistentes al acto eran pensionistas y en L'Hospitalet la pensión media es de 990,48 euros.

Entramos en una fase involutiva de la historia cuando la aristocracia vuelve a hacer ostentación de su orgullo de clase y, al mismo tiempo, de su indulgencia con los serviles agradecidos

Esto al sindicalista Fidalgo no le importó demasiado. Él sostiene que "la izquierda se ha entregado al independentismo”, y por eso él se ha entregado a Cayetana Álvarez de Toledo con devoción. Llegó a agradecerle sin rubor alguno que le considerara "una persona digna de sentarse a su lado". Debe de ser la fascinación que provoca la aristocracia en el servicio, porque, todo hay que decirlo, Fidalgo no es el único que ha practicado estos días la reverencia con la marquesa, sólo que la veneración del sindicalista va más allá de lo político. "Si caen las virtudes de Cayetana, todo se hundirá, porque estamos ante un problema moral que no se acabará de una manera blanda, sino con una revolución cívica... Votar a Cayetana es empezar esta revolución y quiero ser del grupo de esta señora y no del grupo de Ada Colau con lo peligrosa que es”.

Las cosas están difíciles en L'Hospitalet pero a Álvarez de Toledo sólo le preocupan los independentistas y los socialistas. A su juicio, todos son lo mismo, pero los socialistas son peores porque, dice, están dispuestos a venderse. Incluso pasó lista de todos los líderes del PSC para denigrarlos de una manera tan poco elegante que se notaba que se lo había apuntado el mayordomo que le asesora en asuntos catalanes. A menudo los políticos en campaña pierden el sentido del ridículo y hacen cosas que no harían o dirían en público tales como cantar, bailar o decir tonterías para hacerse el gracioso. Cayetana Álvarez de Toledo estudió en la Universidad de Oxford pero esto no le impidió afirmar que en España los buenos republicanos son los que gritan "Viva el Rey".

Al acto asistieron 102 personas, incluidos periodistas y el séquito de la candidata. No costaba mucho contarlos. Los periodistas y camarógrafos eran 22. Alejandro Fernández, presidente del PP catalán, sí que estaba, pero militantes del partido pocos teniendo en cuenta que en 2016 el PP superó los 18.000 votos en la ciudad. Quien no falló fue la señora Gregoria que esta vez trajo unas trufas inconmensurables. No es ningún secreto que en el PP catalán todo el mundo esperaba a Dolors Montserrat de candidata. Cuando llegó en paracaídas doña Cayetana, los militantes se quedaron con un palmo de narices y estas movidas suelen desmotivar las bases. Dentro del partido no se sabe si Pablo Casado ha enviado a la protegida de Aznar en Barcelona para que se estrelle y no pueda disputarle el liderazgo cuando se estrelle él o ha sido la marquesa que no ha nacido para ser número 2 de nadie y pretende forjar su liderazgo futuro en tierra de infieles.