La intervención del fiscal Javier Zaragoza en el juicio del procés ha sido todavía más política que los discursos que hicieron el martes los abogados de la defensa, lo cual resulta francamente insólito teniendo en cuenta que se trataba de dilucidar las cuestiones previas. En resumen, Zaragoza y después el fiscal Fidel Cadena se han centrado en negar el derecho a la autodeterminación de Catalunya por incompatible con la Constitución española y a negar la veracidad de las denuncias de vulneración de derechos fundamentales que plantearon los defensores, haciendo un juicio de intenciones acusando a los abogados de la Defensa de participar en una conspiración para desacreditar al Tribunal Supremo, que está juzgando el caso. Se nota que los editoriales de la prensa europea destacando que es la justicia española quien se somete a examen han hecho mella.

Zaragoza y Cadena han reiterado docenas a veces que no se está juzgando el independentismo como ideología sino los hechos delictivos que, según su opinión, cometieron los acusados. Al fin y al cabo parecían más las intervenciones propias de unas conclusiones definitivas que el análisis de las cuestiones previas, con una excepción: la acusación de rebelión sobre la cual Zaragoza no hizo ninguna referencia. Cadena sí que lo ha hecho dando por hecho que en Catalunya se produjo un "alzamiento público y violento" afirmando que la violencia no requiere el uso de armas y argumentándolo en el hecho de que cuando se reformó el Código Penal se rechazó una enmienda de CiU que precisamente proponía añadir la utilización de armas como requisito para consumar el delito de rebelión.

Se nota que los editoriales de la prensa europea destacando que es la justicia española quien se somete a examen han hecho mella

La principal cuestión que se ha de resolver antes de que empiecen los testigos de los acusados es la jurisdicción del Tribunal Supremo y eso que afectaría a todo el procedimiento entero tampoco ha formado parte del argumentario principal de los fiscales. Quien sí que hizo referencia fue ni más ni menos que el líder del PP, Pablo Casado, con una frase que seguramente se arrepentirá de haberla dicho. En el Congreso, cuando la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lo desafió a decir qué había hecho el PP por Catalunya, Casado no se privó de decir que "gracias al PP los independentistas están siendo juzgados en el Tribunal Supremo, y no en Catalunya por jueces nombrados por los partidos independentistas".