El pasado domingo TV3 nos ofreció en prime time (y como es norma general de todas las teles, en horario poco conciliador) el programa Jo Pregunto. Una docena de ciudadanos seleccionados previamente, tal como explica la cadena, preguntó en dos turnos en vivo y en directo en el Teatre Conservatori de Manresa al presidente Puigdemont sobre lo que consideraron oportuno.

¿Yo me pregunto por qué tantas críticas? Contra lo que podría pensar un lector/espectador poco conocedor del mencionado programa, el alud de críticas parecería que debería provenir de la condescendencia de la organización del encuentro con el president, previa selección de mansos en vez de toros. Pero fue lo contrario: el president Puigdemont sudó la gota gorda para salir adelante, saliendo com más de un rasguño. Dio la cara de forma descubierta.

El president Puigdemont sudó la gota gorda para salir adelante, saliendo con más de un rasguño. Dio la cara de forma descubierta

Parecería que para un amplio sector influyente de la audiencia, primero en las redes, después en medios más convencionales, una defectuosa selección de los intervinientes primó a ciudadanos muy acostumbrados políticamente, más que a los simples ciudadanos-espectadores.

Yo me pregunto, sin embargo, si una televisión pública o privada, tanto da, tiene que ser cortesana con el poder. Desgraciadamente, nuestro sistema televisivo, público y privado, es en términos generales muy proclive, demasiado, a no hacerse el incómodo con el poder. Todos hemos presenciado programas que daban, por el vasallaje que desplegaban, vergüenza ajena.

Ver a un político profesional, en este caso el primer político de Catalunya, debatiendo con ciudadanos sobre temas incómodos –incluso formulados con falsedad o de manera grosera- me reavivó la fe en una clase política muy, con razón, desprestigiada. ¿Qué pasa con es eso de hacer comparecencias plasmáticas, ruedas de prensa sin preguntas (un oxímoron, pues), comparecencias con preguntas pactadas...?

¿Este programa de debate entre un representante del poder institucional y la ciudadanía es posible hoy en día en la España constitucional fuera de TV3? Yo pregunto

Quizás, si se extiende este ejemplo, se darían pasos en la correcta dirección para acercar los políticos a la gente a la que representan y sirven (cosa que, como se demuestra día a día, olvidan con una espectacular rapidez).

¿Se puede mejorar la selección de los ciudadanos interrogadores? Quizás sí. ¿La selección puede ser más plural tanto territorialmente como temáticamente e ideológicamente? Quizás sí. Sin embargo, mejorando lo que haya que mejorar, yo (me) pregunto: ¿este programa de debate entre un representante del poder institucional y la ciudadanía, con público y en directo, es posible hoy en día en la España constitucional fuera de TV3? Yo pregunto.