En mi mandato como President de la Cambra de Barcelona visité varias empresas que se acababan de instalar en Catalunya con la finalidad de conocer sus motivos y así poder ver cómo podíamos ayudar a que vinieran más. La práctica totalidad de estas, me aseguraban que una de las principales razones era la excelente conexión del aeropuerto de El Prat con centenares de destinaciones europeas, similar a la de aeropuertos como Londres y París.

Eso permitía que estas empresas, que invertían básicamente en centros con contenido tecnológico, dispusieran de talento autóctono (tenemos universidades de alto nivel) pero también que los candidatos europeos con talento aceptaran un puesto de trabajo aquí porque estaban bien conectados con sus lugares de origen.

En la misma línea, un hub intercontinental nos habría ayudado a disfrutar de un efecto similar, no solo para trabajadores en destino, también para altos directivos de multinacionales que viajan a menudo entre los diferentes centros de decisión y las filiales. Un hub intercontinental es sinónimo directo de inversiones de multinacionales, y por lo tanto a buen seguro hemos perdido 5 años de posibles nuevas inversiones y sus efectos positivos en la economía y en puestos de trabajo de calidad.

Por otra parte, teniendo en cuenta que antes de la crisis de la covid Barcelona era la ciudad del mundo (poca broma) que disfrutaba de más asistentes a ferias y congresos, el hecho de tener un hub intercontinental ayudaba a que más salones pudieran contemplar crecer como lo hizo en su momento el MWC o últimamente el ISE (mayor feria audiovisual del mundo), que podría implicar un volumen similar de visitantes.

La decisión del Estado de no invertir en la ampliación del Prat es nefasta. Primero porque los motivos de la ruptura del acuerdo entre el VP Puigneró y el Gobierno no tienen cabida en un gobierno del siglo XXI. Un tuit del MHP Aragonès o declaraciones en torno a la manifestación son una excusa no creíble, un gobierno no puede cancelar una inversión que tendrá repercusiones millonarias y de miles de puestos de trabajo sin haberse sentado a negociar los posibles motivos de discrepancia. Sobre todo cuando existía la posibilidad de hacer un alargamiento parcial de la pista que no afectaba a la laguna de la Ricarda y en todo caso siempre quedaba sujeto a la decisión final de Europa, previa presentación de los estudios de impacto ambiental

El PSOE y el que dice ser gobierno en la sombra del PSC han decidido parar la inversión de una de las principales infraestructuras de país por otros motivos, y desgraciadamente condenan de nuevo a Catalunya a seguir sufriendo una mayor deuda histórica de infraestructuras que ya en el 2019 era de 45.000 millones de euros según un estudio de la Cambra. Más que un "gobierno en la sombra", tendríamos que hablar de un "mal gobierno a la contra".

Con respecto al famoso debate del cambio climático, hay que decir que en Madrid se invertirán 1500 millones los próximos 5 años para potenciar su ya consolidado hub intercontinental, y que la contaminación no la causan las ampliaciones de aeropuertos, sino los aviones que circulan porque la gente quiere o necesita viajar. Y mientras haya aeropuertos que crecen, seguirán volando y contaminando en una atmósfera común que también nos afectará a los catalanes. Pero en cambio, los puestos de trabajo que se crearán en Madrid gracias a las inversiones que se harán allí, mejorarán el paro, los salarios y el bienestar de sus habitantes y nos volveremos a oír decir que Madrid supera económicamente a Catalunya. Mientras dependamos de un Estado que siempre va a la contra, nos costará mucho levantar la cabeza, y el problema es que lo seguirán haciendo con la connivencia de partidos que reciben centenares de miles de votos de catalanes y que dicen defender nuestros intereses.

Hasta el día 30 de septiembre hay tiempo para rehacer esta situación e incluir la inversión en el plan director DORA, al menos la terminal satélite que no ha puesto en cuestión ningún representante del Gobierno. Harían bien las Cámaras, patronales y sindicatos, entre otros, en presionar a PSC y PSOE para rehacer este despropósito injustificado y de implicaciones muy graves para el tejido empresarial catalán. Más que nunca hay que actuar con rapidez...

 

Joan Canadell

Diputado y ex President de la Cambra de Barcelona y del Consell General de Cambres de Catalunya