"Ya no podemos más", este podría ser un eslogan compartido por muchos independentistas, no sólo desde la sociedad civil, sino también por algunos que estamos en política. La situación de dependencia con un Estado claramente antidemocrático y que se apropia drásticamente de nuestros recursos, es insostenible.

Tenemos prisa, mucha prisa, pero nunca pierdo de vista que países como Irlanda tardaron 18 años en ser independientes después de hacer la declaración de independencia, y de sufrir una grave división interna. No lo podemos alargar mucho más, pero de momento ya llevamos casi 5 años; los dos primeros fueron muy duros, pendientes de la represión y de los juicios a los presos políticos, y la covid ha hecho que en los últimos dos todo fuera muy complicado. Es momento de hacer lo que haga falta para constituir la República catalana.

En el mundo empresarial, proyectos complejos requieren tiempo. Hacer un cambio estratégico en una multinacional puede llevar más de cinco años, igual que construir una nueva fábrica, o sustituir una gama de productos. Por lo tanto, hacer efectiva una república es lógico que pueda requerir años, sobre todo teniendo en cuenta que el estado que tenemos en contra es muy hostil.

Pero yo sigo pensando que podemos ser independientes en pocos años y trabajamos para que así sea. Hablo por mí, pero también por lo que he podido constatar con la gran mayoría de diputados de Junts con los que hablo habitualmente: nosotros de ningún modo hemos tirado la toalla.

Hay que dejar atrás la mesa de diálogo, hacer un frente común en Madrid y poner en marcha el espacio estratégico independentista con el apoyo del Consell per la República, y hay que hacerlo pronto

Pienso que estamos en un momento de impasse que hará que pronto todo se acelere. Se ve claro que la mesa de diálogo (lo sabíamos, pero ERC lo exigió) no tiene ningún, ningún, ningún recorrido, y por lo tanto, no hará falta que esperar un año más para preparar la segunda parte del acuerdo de gobierno que permitió la investidura del president Aragonès.

Hace unos meses que unos cuantos diputados de Junts estamos preparando una estrategia de culminación, con la tranquilidad de que si aparece una mejor, sustituirá a la nuestra, pero con el convencimiento de que si no, la que proponemos implicará un punto de inflexión. En los próximos meses habrá un vuelco en la legislatura, estoy convencido, y en todo caso, tendrá que ser ERC quien decida con qué rumbo. Si quiere cumplir el acuerdo de gobierno y poner en marcha una estrategia conjunta del independentismo a través del espacio estratégico, o si prefiere gobernar con otros apoyos o ir a elecciones.

En el próximo congreso nacional de Junts, que tendrá lugar el mes de junio, se tiene que empezar a ver reflejado este punto de inflexión, y el otoño tiene que ser determinante para actuar. Hablo en primera persona, con el apoyo de otros diputados de Junts en el Parlament y en el Congreso, cuando reclamo que hay que dejar atrás la mesa de diálogo, hacer un frente común en Madrid y poner en marcha el espacio estratégico independentista con el apoyo del Consell per la República, y hay que hacerlo pronto, porque ya no podemos más y queremos ganar.

 

Joan Canadell, diputado de Junts per Catalunya