Javier Tebas es presidente de la Liga de Fútbol Profesional. Javier Tebas fue entrevistado el sábado en El Mundo por Rafael J. Álvarez. Y, como Javier Tebas ha reconocido varias veces haber sido de Fuerza Nueva, su ideología acabó saliendo.

–¿Usted se atreve a seguir sintiéndose de extrema derecha?

Si tener un sentimiento de unidad de España, de familia, de defensa de la vida y religioso... sigo pensando lo mismo que hace 20 años. Pero no soy de extrema derecha.

–Pero eso era Fuerza Nueva. ¿Sigue pensando igual que cuando era de Fuerza Nueva?

En la mayoría de los temas, sí. Lo que pasa es que no se conoce bien qué era Fuerza Nueva. Pero no soy ni de extrema derecha, ni violento.

–Violento no, pero no se puede discutir que Fuerza Nueva era de extrema derecha.

Si extrema derecha es defender la unidad de España, la vida y un sentido católico de la vida, yo estaba en ese grupo. Y sigo defendiendo lo mismo. Yo en eso no he cambiado.

–¿Echa de menos un Le Pen a la española?

Sí. En ocasiones, sí. Sobre todo, por la identidad nacional de España, que no está siendo defendida debidamente por los partidos.

–¿Y por qué cree que no funciona un partido como el de Le Pen?

Porque el PP tiene un espectro muy amplío y gente con esa forma de pensar se incluye en el PP. Pero no olvidemos que Le Pen es el partido mayoritario en Francia, con el 30% de los votos. ¿O es que el 30% de los franceses están locos?

El fútbol se ha convertido en un reducto donde han ido a parar personajes extraños que cuesta mucho encontrar en otros ámbitos. Y Tebas es un ejemplo. El franquismo sociológico (o no tan sociológico) sigue ocupando diversos mecanismos de poder en España. Sin ningún tipo de rubor ni de mala conciencia.

Y después algunos se sorprenden de que algunos otros quieran marcharse.

En todo caso, estoy a favor de Tebas. No de lo que dice, sino de que diga lo que piensa. Demasiado a menudo la ultraderecha española se esconde detrás de eufemismos y del "síperonomucho". No, no, oiga, que esta gente empiece a explicarse con sinceridad. Es la mejor manera de darse cuenta en qué manos está según qué.

¡Al loro! ¡Que hay muchos que dicen que son corderos y no lo son! O, dicho de otra manera: si son lobos, mejor que aúllen para saber con quién nos enfrentamos.