Seis de la tarde del día de hoy, pero podrían ser las seis de la tarde de muchos otros días. Pep Florolos se mira en el espejo del lavabo de su casa. Acaba de pasarse agua por la cara a ver si aclara las ideas. Hace un gesto to de agotamiento y piensa: "Hostia, si sólo es lunes". Desde las 12 del mediodía ha seguido qué sucedía en el Parlament y está intentando procesar toda la información, los gestos y las declaraciones. Pep mueve la cabeza varias veces de izquierda a derecha. Es un movimiento ligero, pero enseguida se da cuenta de que se está diciendo a sí mismo que no entiende nada. Una vez más. Y empieza a hablarse en voz alta...

- No hombre, no. Es que no podemos admitir que la Junta Electoral Central (JEC) decida quién es diputado y quien no. Y mucho menos quien tiene que ser nuestro President. ¿Quiénes se han creído que son esta gente?

- Ya, pero desobedecer y después acabar obedeciendo no sirve para nada. Al contrario. Si no haces lo que ellos te dicen y lo acabas haciendo, te ganas una condena a cambio de nada. Hay que ser prácticos.

- Pero no podemos aceptar que un órgano administrativo inhabilite a un presidente sólo por una pancarta. No es proporcional y es una intromisión intolerable en el funcionamiento del Parlament y en la presidencia de la Generalitat.

- Lo que no podemos hacer es poner en riesgo las instituciones. Va, imagina que nos empeñamos en que el President siga siendo diputado... No ves que nos impugnarán todas las votaciones en las que participe. El Parlament quedaría bloqueado y no podríamos sacar adelante ninguna iniciativa.

- Vaya, como ahora, que cualquier ley que aprobamos acaba en el Constitucional. ¿Has contado cuántas nos han tumbado?

- Sí, pero ahora podemos aprobar los presupuestos, que son muy necesarios para el país y servirán para revertir los recortes.

- Sí claro, el enjuague este de Esquerra para poder hacer otro Tripartito...

- No es ningún enjuague. Es ampliar la base, tener más grosor de nuestro lado y disponer de unos presupuestos más sociales. Bien, y disponer de unos presupuestos en general, que vamos prorrogando casi los de Ramon Trias Fargas...

- Todo el que yo quiera, pero los diputados lo son porque les escoge el pueblo, no una Junta Electoral. Y las instituciones las pone en riesgo la JEC. Y las instituciones las tenemos que defender nosotros impidiendo que nuestro President tenga que dejar el cargo y el escaño de diputado por una decisión política intolerable.

- Pero es que puede seguir siendo President. Si incluso lo ha manifestado Pedro Sánchez diciendo que se reunirá con él. Lo que dejará de ser es diputado. Sólo eso...

- Aceptarlo sería aceptar la represión del Estado.

- Necesitamos unos presupuestos que acaben con los recortes y si el President los vota, adiós presupuestos y bloqueamos el Parlament. Y ponemos en riesgo al Presidente de la Cámara y a la Mesa.

- La dignidad del país está por encima de los presupuestos.

- Eso es un simbolismo mágico que no sirve para nada.

- Pues mira que tu pragmatismo de chichinabo... ¿Qué te crees que conseguirás negociar en Madrit (concepto)? ¿Un nuevo Estatutito que el Constitucional controlado por la derecha se lo pasará por el forro en cinco minutos?

- Sí, sí, No Surrender, ¿verdad? Y yendo por ese camino ya ves a donde hemos llegado...

- Pues con la mano tendida ya ves también donde estamos...

- Mira Pep, no me hagas hablar que...

- Pues mira tú, Pep, tampoco me hagas hablar que...

Pep se ha alterado. Lo ve con la cara congestionada que le devuelve la imagen del espejo. Pep se ha enfadado. Consigo mismo. Mucho. Se mira fijamente. Indignado por lo que se ha dicho.

- ¿Ah, sí? ¡Pues aquí te quedas, chato!

Pep se marcha del lavabo dando un portazo. Muy fuerte. Tanto, que el espejo se tambalea y acaba cayendo sobre la pica, rompiéndose en mil añicos. Pep, que ya estaba en el pasillo oye el ruido. Natàlia, su pareja, le dice desde el comedor:

- ¿Amor, ya has vuelto a romper el espejo? Pues ya puedes coger la escoba y el recogedor. Y después pasa el aspirador para que no quede ni un solo vidrio en el suelo, que los niños y yo vamos descalzos cuando salimos de la ducha. Y no somos faquires. ¡Ah, y sobre todo recuérdale al de la tienda de los espejos que somos clientes Prémium y que te haga el descuento!