Esta mañana me han pasado este vídeo de Joe Biden, vicepresidente de los EE.UU. con Obama y actualmente aspirante a ser el candidato demócrata:

Lo he compartido con varias personas a ver qué pensaban. Todo el mundo ha coincidido en ver una actitud que roza el abuso, menos un par que me han dicho "quizás ha querido demostrar que le gustan mucho los niños, cosa que da votos, y ha sobreactuado en exceso". De los comentarios en twitter destaco uno, el de la usuaria @AnnaBadabaloo: "Es repugnante. Si con cámaras enfrente se permite el lujo hacer eso, qué no hará a la intimidad". Y es que es exactamente eso.

El abusador, el sexual o el laboral, como que el 200% de las veces tiene una posición de poder, se cree impune. Y como tiene poder y forma parte del poder, cuando lo pillan, el propio sistema que le ha permitido ser un abusador, lo encubre. O lo tapa. O lo justifica. ¿Hace falta que le recuerde como afronta la iglesia los millares de casos de abusos sexuales que arrastra desde que existen las iglesias?

Estos días han aparecido dos casos de acoso sexual en dos partidos de izquierdas. El del alcalde de Argentona lo supimos porque una víctima lo denunció en una cuenta anónima de twitter. Y entonces fue cuándo apareció un caso anterior, sobre el cual el partido dijo que en su momento había tomado medidas. Pero el alcalde seguía siendo alcalde. Y no dejó de serlo hasta que apareció esta segunda denuncia y tuvo que dimitir. Y entonces fue cuando la CUP nos dijo que lo había expulsado a raíz del primer caso y que posteriormente se había presentado con una coalición que todavía hoy no ha quedado claro oficialmente quién la formaba porque todo el mundo se ha sacudido el tema. La CUP argumenta que aplicó su protocolo, pero ni denunció el caso ni avisó a esta "coalición" de que tipo de personaje era a su candidato. La excusa es que actuó así para proteger a la víctima. Pues que me perdonen pero a las víctimas, sea en la iglesia católica o en la CUP, se las protege echando a los abusadores y denunciando públicamente sus prácticas. Y si no hubiera sidó por la denuncia anónima, ni habríamos conocido el primer caso, ni el alcalde habría tenido que acabar dimitiendo.

Y en el caso que afecta a Esquerra ha sucedido una cosa parecida. Hasta que los compañeros del diario ARA no han publicado la noticia, aquí no hemos sabido lo qué había pasado. ¿Usted qué cree que es mejor para las víctimas, que el abusador sea apartado de su trabajo pero sin que no lo sepa nadie, por la puerta de detrás, o que se sepa y eso sirva para condenar socialmente su conducta? Dos partidos de izquierdas y ninguno de los dos han convencido en la manera de gestionar el problema. ¡Qué gran oportunidad perdida!

Y después tenemos los abusadores laborales, profesionales de la humillación que van repitiendo sus actuaciones allí donde van. Porque el abusador lo es siempre. Siempre que tenga una situación que le permita serlo, claro. Se aprovecha que sus víctimas no lo denuncian por miedo a perder el trabajo, sí, pero sobre todo porque las víctimas no tienen fuerzas para hacerlo. Por eso son víctimas. Si tuvieran fuerzas, el abusador no podría actuar, por eso las escoge y de eso se aprovecha. Quien no esté en el día a día puede confundir esta "flojera" de la víctima con debilidad ante la exigencia profesional. Y no, una cosa es que haya gente que no esté capacitada para ocupar un puesto de trabajo concreto, que las hay, o que en las empresas haya tensiones que a veces generan momentos poco agradables, y otra de muy diferente es una persona destrozada por el trabajo implacable del abusador y que es incapaz de defenderse.

Y mientras haya quien permita actuar a los abusadores, habrá víctimas. Las víctimas, aquellas personas que lo son porque alguien permite que el abusador lo pueda ser.