Esta semana hemos visto lo peor de lo peor del periodismo, pero también de la política. Y no en un caso sino en dos. El del niño asesinado en Almería y el del mantero muerto en Madrid.

El tema del niño es terrible. La ignominia es total y absoluta. Qué vergüenza. Qué asco, Que triste. Piensas y exclamas: ¿cómo es posible? ¿De verdad que la audiencia y los clics justifican lo que ya quedó explicado en esta pieza? Y ante una avalancha de irresponsabilidad e inmundicia intelectual como lo que hemos sufrido, emerge la figura de la persona más sensata de todas, la madre del niño. Ella, que desde el dolor más comprensible, tendría todo el derecho a perder los papeles, ha sido la más juiciosa de todas y la que ha dado una lección a los medios que no tuvieron bastante con el lunes y martes y que pretendieron exprimir todavía más el tema el resto de la semana. Al final, la mujer acabó diciendoles basta, que acabaran con el espectáculo, tal y como explicamos en ELNACIONAL.

Y entonces tomaron el relevo los políticos. Para ser más concretos, los del PP. Y se dedicaron a pasear por el pleno donde se debatía la derogación o no de la prisión permanente revisable a los padres de dos niñas asesinadas. Y al día siguiente, los medios amigos se dedicaron a intentar lanzar la opinión pública contra los partidos que defienden cambiar la ley. Y lo hicieron sin disimular:

Para los diarios del Gobierno, se trataba de culpar al PSOE de un cambio en la ley que este partido ya había decidido. En cambio, en los diarios almerienses, el lugar donde sucedieron los hechos, este pleno o bien era tratado de una manera aséptica y muuuy breve, como en El Ideal edición de Almería, o bien ni era tratado, como hizo El Diario de Almería.

Para reflexionar.

Es muy triste ver como familias que pasan por una situación como esta, además, son utilizadas de manera partidista y sin ningún escrúpulo. Aprovechando la destrucción emocional que provoca a los familiares un hecho tan irracional y con la excusa que les están ayudando, el PP los usa como manera de conseguir votos y modificar las leyes de manera favorable a sus postulados. Es exactamente lo mismo que hicieron con los familiares de los asesinatos por ETA.

Viendo cómo ha ido la semana y observando la reacción de la prensa amiga, no es nada difícil concluir que el Gobierno hinchó la noticia del niño para calentar a favor de sus intereses el debate previsto para el jueves. Demasiadas coincidencias y todo es demasiado perfecto como para ser casualidad. El PP necesitaba alguna cosa potente para poder impedir el cambio de la ley y porque una postura fuerte en esta cuestión lo favorece en su pugna electoral con Ciudadanos. Y, sin ningun pudor, utilizó al niño para manipular a la opinión pública y crear un estado de opinión favorable a sus intereses. Feo. Muy feo. Como lo es la connivencia de los medios en esta lamentable estrategia.

Todo el mundo se apunta al caso del mantero

Pero esto va muy rápido y el caso del niño Gabriel quedó tapado por otro caso donde la clase política y los medios han competido a ver quien se lo podía lanzar a la cara con más fuerza. El problema es que ahora mismo es difícil saber quién tiene razón. Comprobémoslo mirándonos las portadas de este sábado de los de siempre:

Pero ahora mirémonos que decían el día antes algunos de estos medios (que me temo que 24 horas antes no eran de Podemos y después dejaron de serlo a toda velocidad), otros medios (que creo que tampoco son mucho de Podemos) o la Unión Federal de Policía (que por el nombre creo que no tienen relación con Podemos)

 

Por lo tanto, ¿quién se inventó que la causa de la muerte del mantero fue una persecución policial, Podemos o Europa Press y un sindicato policial? O ninguno de los dos, sino que eso fue lo que dijo la policia en un primer momento.

Un caso, este, donde vemos claramente como se busca manipular en beneficio propio, tanto político como periodístico, la muerte de una persona... ¡¡¡y resulta que es imposible saber quién lo está haciendo!!!