Esta es la complicada historia de Pep Florolos. Pep sigue a Tsunami Democràtic en Twitter y ha conseguido un código QR de la aplicación a través de su cuñado. Su cuenta de Twitter es "Pep Florolos #totssomCDR" y retuitea todas las movilizaciones que organizan. Y también sigue las convocatorias de Pícnic per la República. Pero Pep sufre. Mucho.

Este sábado mismo, sufrirá. Pero a la vez estará contento. La alegría la tendrá porque él está muy a favor de esta convocatoria de los CDR de cortar toda la red ferroviaria. Porque Pep cree que hay que seguir movilizados. Hay que ser como una gota china. Ahora bien, Pep también sufrirá porque eso de cortar toda la red ferroviaria le incomoda. "Pobre gente... Estos que se quedarán sin poder coger el tren o colgados vete a saber tú dónde", piensa Pep. Es que no tienen ninguna culpa. Quizás querían ir a BCN a comprar cosas para Navidad. O a visitar a unos tíos. Y a BCN no se puede ir en coche, que no hay dónde aparcar y sólo podían coger el tren, que los deja en el centro".

Pero enseguida Pep reflexionará y se dirá a sí mismo: "No, no, qué narices... hay que cortar todas las vías que podamos y más porque la lucha continúa y ahora no nos podemos detener... pero mejor cortarlas sólo un rato... bueno, pero que sea un rato largo para que quede claro que no nos rendimos, ¿verdad?... pero tampoco no mucho, por si las moscas... tenemos que hacer una protesta contundente para demostrar que no nos detendremos ante nada... pero a cenar en casa, que hace mucho frío... pero muy determinados y convencidos de que hay que perseverar...".

Y mientras, Pep le dará vueltas y más vueltas, se le pasará la hora de ir a la convocatoria y acabará en casa siguiendo la movilización por TV y por las redes.

Pero es que a Pep ya le sucedió una cosa parecida con el corte de la frontera de principios de semana. Él estaba muy de acuerdo con la movilización. Y cuando vio que en un momento aparecía un escenario, lavabos portátiles y caldo, pensó: "Realmente los catalanes somos un pueblo tan organizado que sólo por eso ya nos tendrían que dar la independencia". Pero al día siguiente por la mañana, cuando se levantó y vio que el corte continuaba, no pudo evitar exclamar interiormente un: "Ahora ya está. Mejor desmontar para evitar incidentes. Y los camioneros que están allí parados... Y eso no es bueno para la economía y para nuestra imagen. Ya hemos hecho lo que teníamos que hacer, no abusemos de la paciencia de la policía francesa y volvamos todos a casa... pero claro, hay mucha gente en prisión por manifestarse y nos quieren acusar de terroristas...".

Y también fue este el mismo sentimiento que tuvo las noches de los hechos de la plaza Urquinaona de BCN y alrededores. Pep Florolos estaba muy cabreado por la sentencia y exigía salir a la calle a bloquear el aeropuerto, los puertos, las fronteras, las carreteras, los ferrocarriles y todo. Pero cuando el martes vio quemar barricadas, Pep pensó: "No, eso no, que nuestros enemigos lo aprovecharán para decir que somos unos violentos. Protestemos de manera contundente, pero con moderación".

Pero cuando vio las cargas de Mossos y CNP contra los manifestantes, Pep, en medio del comedor de su casa, gritó un "¡Fuera de las fuerzas de ocupación" tan fuerte que resonó por el patio de luces donde da la ventana de la cocina. Y ahora la vecina del 4.º 4ª, aquella que siempre va con cosas amarillas, se lo mira diferente. Y le sonríe.

Aquellos días Pep estuvo horas y horas pegado a la TV siguiendo el minuto a minuto de los hechos. Y cuando veía a los jóvenes lanzando objetos contra la policía pensaba: "Noooo, eso no. Estamos muy determinados, pero no somos violentos". Y enseguida pensaba: "¿Y ahora por qué le pegan de esta manera a este chico? ¡Qué rabia! Si yo estuviera allí, no habría bastantes contenedores para quemar ni bastantes piedras para lanzar".

¡Pobre Pep Florolos! Quiere estar en misa y repicando. Quiere caña y moderación y seguidamente quiere moderación y caña. Hombre, es que eso del Tsunami, los CDR y el Pícnic es demasiado complicado... pero necesario... pero sin excederse... pero con contundencia... moderada... Y así hasta el infinito.