La broma aquella de Tabarnia tenía una parte contraria. Su negativo y en negativo. Y le llamaron Tractoria.

Tabania era la Catalunya "buena", la pura. La Catalunya urbana, entendiendo que la ciudad es un lugar moderno con gente normal. Tabarnia era el lugar donde se abrazaba con pasión desenfrenada la Constitución de la cual se habían apropiado siguiendo el concepto "de tanto que te quiero, te aboñego". Tabarnia era la Catalunya libre de "lazis", que son muy pesados. La Catalunya fetén.

Y después estaba la Catalunya "mala". La indepe, la traidora, la golpista. La Catalunya denominada Tractoria, porque era la del interior. Era la Catalunya de pueblo. Pero, sin pretenderlo, la idea de Tractoria explicaba tantas cosas de sus creadores. ¿Qué es supremacismo me preguntas tú, clavándome el menosprecio con el adjetivo que usas para definirme? Supremacismo eres tú, chato. Y chata. El supremacismo de relacionar el independentismo con una cosa rural, retrasada, poco cosmopolita, poco ciudadana del mundo. Tractoria era la manera de desacreditar la Catalunya interior por la vía del desprecio de quien se cree superior. Tractoria era la Catalunya que apesta a estiércol, como las ideas indepes de sus habitantes. Tractoria era el lugar donde habitan unos tontitos anclados en el siglo XIX que van con alpargatas y que circulan por el mundo en tractor y con un cerdo en brazos. Pobre gente, ¿verdad? Gente humilde con ideas humildes. Simples. Sencillas. Tanto contacto con animales te acaba convirtiendo en un animal por domesticar.

Los inventores del concepto Tractoria fueron el dedo que nos señaló qué es la superioridad intelectual de quien se cree que va por el mundo siendo el puto amo y realmente va por el mundo pisando las cabezas de gamba salada que han acabado en el suelo de un bar de mala muerte.

Y ahora tenemos el incendio de La Ribera d'Ebre. Y de los creadores de Tractoria ha llegado a nuestras pantallas amigas el silencio. Algunos que habían hecho tuits de solidaridad con otros incendios habidos en zonas de la Catalunya de pueblo pero que no lo son mucho porque "ellos" (y "ellas") tienen "la segunda residencia", ahora han quedado mudos. Cuando le tocó a la Catalunya que podría ser Tractoria, pero que no lo es mucho porque "ellos" (y "ellas") la dignifican, entonces sí. Ahora no.

Pero resulta que la Tractoria que han despreciado, la que según Tabarnia vive en granjas con el candil, señales de humo y va a la civilización en diligencia, se ha dedicado a hacer bocadillos para los bomberos y para los voluntarios. ¡Y para el ejército! Y les ha llevado agua. Y ha ayudado desinteresadamente al ganadero que lo perdió todo por el fuego para que pueda volver a empezar. Y desde varios puntos de Tractoria se han llenado las redes de solidaridad de todo tipo. Desde gente que ofrecía su casa por si había personas con asma afectadas por el humo hasta veterinarios que se prestaban a tratar los animales afectados por el fuego.

¿Flix? ¿La Palma d'Ebre? ¿Mora? ¿Dónde está eso? Pues mire, están en Tractoria. Y, sí, son campesinos y ganaderos. Pero también notarios, empresarios, mecánicos, cámareros, carpinteros, fontaneros e informáticos. Y son gente como la que hay en Tabarnia. Y viceversa. Y por suerte todos ellos (y todas ellas) son gente tan sensata y con tanto sentido común que son capaces de pensar diferente, o no, pero que saben convivir sin despreciar a nadie dependiendo del lugar dónde vive.

Aunque alguien les haya colocado a unos en una pretendida Tabarnia y a otros en una inexistente Tractoria.