Este mediodía ha comparecido el Presidente Pedro Sánchez. Con la cara de gravedad 4,5 sobre 5. Para decirnos que la cosa está fatal y que si seguimos así tomará unas medidas que ya verás tú. Y para hacer una cosa que alargándola muuucho en el tiempo puedes despachártela en cinco minutos, él ha necesitado 23. ¡¡¡VEINTITRÉS!!!

Está estudiado que en una charla de 50 minutos de duración, a los 10 minutos ya estás pensando en la masa madre que harás en breve y por qué harina optarás, dónde guardarás todo el papel de WC que comprarás esta vez o en qué montañita de 500 metros intentarás aparcar este fin de semana. Pues bien, si en 50 minutos te vas del mundo a los 10, haga los cálculos necesarios para encontrar el minuto exacto donde hoy el 99% de los oyentes de Pedro se habían marchado, incluido él. Porque se notaba que se estaba aburriendo a sí mismo.

A ver, se supone que Sánchez comparecía para poder tener titulares a los informativos de hoy después de que Casado ocupara los de ayer. Y sin tener mucho a decir. Perfecto. Pero hombre, al menos hacerlo breve, ¿no? Cortita y al pie. Buenos días, le metes el blabla pertinente y a los cinco minutos todo el mundo para casa. No hay que usar veintitrés minutos por no decir nada. Y con un tono que dormiría incluso el aforo de una discoteca de polígono industrial un domingo a las 10 de la mañana.

Eso sí, al menos han desaparecido aquellas frases de cuando el confinamiento donde cada sábado a la hora de comer teníamos "combates en una guerra que estamos ganando", "al enemigo mortal a quien tenemos que vencer" y "los que luchan en primera línea". Mucho mejor este aire paulocohelhista a base del "espiritu de equipo" y "la moral de victoria".

Y por la noche comparecencia del Govern. Durante la tarde las apuestas eran sobre si la cosa iría de toque de queda o no. A partir de las seis ya era que sería que sí. Y al final se ha confirmado, con un retraso de una hora y diez minutos en relación a la convocatoria inicial. La manía de salir siempre tarde. De la misma manera que no entiendo hacernos perder el tiempo al mediodía con frases vacías, también me es muy difícil entender esto de anunciar una rueda de prensa a una hora y acabarla haciendo cuando te place. Oigan, por defecto tiren largo siempre y listos. Total, que primero se pedirá un estado de alarma descentralizado y después un toque de queda al que le llamarán "restricción de la movilidad nocturna". Que no nos falten nunca los eufemismos, ¿verdad?. Y como que aquí no podemos ser menos que allí, tampoco hemnos sido breves. Claro, tienen que salir consellers de todos los partidos del Govern a hablar de su libro. Pero al menos aquí aceptamos preguntas.

Pero mi duda, que es una duda y no una crítica, sigue siendo: ¿toque de queda para hacer qué? Desde el viernes pasado, sin bares ni restaurantes, a partir de las 11 de la noche ya no hay gente circulando por la calle, aparte de los abnegados ciclistas que llevan comer a domicilio. ¿Por qué? Porque no hay donde ir. Y como no tiene sentido salir de casa para ir a ningún sitio, la gente no sale de casa. Entonces qué, ¿el toque de queda es para evitar los centenares de botellones que se hacen en nuestro país? Me parece fantástico, pero escuchen una cosa... si yo que no hago sé los lugares de mi pueblo (y de los de unos cuantos pueblos más) donde hay cada fin de semana (y en algunos lugares también entre semana), y sé dónde compran el hielo, los vasos y las bebidas, creo que para los responsables de seguridad no debe ser muy difícil saberlo, ¿no? Y para evitar eso no hace falta ningún toque de queda. Van allí, multan a todo el mundo y listos.

¿Toque de queda para evitar qué? ¿Dónde se contagia la gente de COVID a las doce de la noche? ¿Y a las dos de la madrugada? ¿Y a las cinco? Pues por lo que dicen ahora los que saben es en su casa y con familiares y amigos que no forman parte de su círculo habitual. Y también en las escuelas. Y eso sucede a las tres de la tarde o a las 11 de la mañana. Con y sin toque de queda.

El problema es que durante las horas sin toque de queda seguiremos siendo una sociedad egoísta e inconsciente que nos pasa como con los accidentes de tráfico, pensamos que siempre los tendrán los otros. Y la vida no funciona así. Con o sin toque. De queda.