En el actual mundo mediático no se trata de informar sino de señalar a los "malos". Y los "malos" son todos los otros que no son tú y "los tuyos". ¿Y, quiénes son "los tuyos"? Pues los que no son "los otros". O sea, "los colectivos" no se crean a partir de la confluencia de una serie de criterios propios sino como forma rechazo a los criterios de los "otros".

Y eso hay que hacerlo cada día, con la máxima intensidad y aprovechando cualquier cuestión. El objetivo es reconvencer a los tuyos ya convencidos de que los "otros", "los malos", son muy perversos. Y muy mala gente.

¿Oferta del día que sirve como ejemplo? La famosa teoría de la conspiración del 17-A. Aquí y en la China Popular todavía no está claro el papel del imán de Ripoll en la preparación de la acción terrorista. Ni material ni ideológica. Y, como no está claro, la gente sospecha. ¿Lógico, no? Y a partir de aquí, especula. Con razón o sin, pero lo hace. Porque busca respuestas donde hay silencio. Y sospechar no quiere decir acusar de nada a nadie. Y sentirse aludido indica tener mala conciencia de algo.

Pues bien, desde los minaretes del Estado paralelo sale cada día el mensaje oficial que da la vuelta a la demanda de explicaciones y que, resumido, dice así: el independentismo contribuye a alimentar una teoría de la conspiración paranoica.

Y eso lo dice el PP del "ha sido ETA", del "los que idearon los atentados terroristas del 11 de marzo no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas" y del "su objetivo era cambiar el curso político de España". Y lo dicen sus medios, algunos de los cuales el PP financió con dinero negro. Medios como aquel que afirmaba que en la furgoneta de los terroristas del 11-M había una tarjeta de visita de la cooperativa de la ciudad de Mondragón, una emprensa "con apoyo de gente cercana al entorno abertzale". Recuerda cómo acabó la cosa, ¿verdad? Sí, la tarjeta etarra resultó ser una casete de la Orquesta Mondragón. Esperpéntico.

Pues bien, todos estos ahora dicen que el independentismo se ha inventado una teoría de la conspiración. ¡Sí, sí, ELLOS! Ja, ja, ja, perdone que me ría... seguramente será el calor. Y también dicen que el independentismo "se sirve del dolor de las víctimas para continuar con su campaña obsesiva de deslegitimar el orden constitucional". ¿Ellos hablando del uso del dolor de la víctimas? ¿ELLOS? ¡No! ¿Sí? Es broma, ¿verdad? Seguramente. Y fruto de la descompensación de temperatura neuronal provocada por una indigestión de fabada consumida un 15 de agosto a las 3 de la tarde en un lugar sin sombra y por el cual no pasa aire.

Oiga, es que no se trata de ninguna teoría de la conspiración. Es que es muy sencillo acabar con las especulaciones. Sólo hay que responder dos breves preguntas con dos breves respuestas: 1/ ¿El imán de Ripoll era confidente del CNI? ¿Sí o no?, y 2/ ¿La inteligencia española tenía información de las actividades de este señor? ¿Sí o no? Y ya está. Y si es que no, el tema queda resuelto para siempre. El problema sería si fuera que sí. Pero incluso en este caso, sales y explicas con total transparencia: "Miren, sí, el imán de Ripoll colaboraba con nosotros, pero nos tomó el pelo. Era un agente doble y nos la jugó". Y afrontas las consecuencias. Pero claro, las palabras "asumir" y "afrontar" no están en ningún diccionario de la lengua española.

Es mucho mejor filtrar a los medios informaciones medio ciertas, y que no responden las dos preguntas clave, para que actúen como mancha de tinta que lo ensucie todo y así evitar dar las sencillas respuestas a las sencillas preguntas.

Viendo como afrontaron las cloacas del Estado todo el proceso relacionado con el 1-O, ¿pretenden que ahora nos creamos todo esto que filtran interesadamente? ¿Tan imbéciles se creen que somos? Los otros y los suyos...