Nueva prueba demostrativa de que al final la verdad siempre flota. La exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría ha confirmado lo que sospechábamos: era un agente indepe infiltrado.

Hasta ahora sólo teníamos un presentimiento basado en la observación y el análisis de las decisiones que ha ido tomando estos años y gracias a las cuales no ha parado de aumentar la cifra de partidarios del referéndum de autodeterminación y la de los favorables a votar sí. Desde hoy tenemos la certeza. Lo confirma el anuncio de su abandono de la política justamente 24 horas antes de la Diada del 2018, la de los presos y los exiliados.

La única explicación posible a que Soraya haya abandonado sus responsabilidades públicas este lunes y no cualquier otro día es que ha querido salir del armario político para poder pasar el once de septiembre con su gente. Con los catalanes que nunca le podremos agradecer todo lo que ha hecho por el crecimiento y consolidación del procés.

Su estrategia ha sido una gran máquina de crear indepes, cosa que sólo se explica porque este fuera su gran objetivo. Porque si tú ves que todo lo que haces sólo sirve para hacer crecer al rival, sólo tienes una opción viable: rectificar. Y si no sólo no lo haces sino que insistes en el error, es que ya te va bien y que eso es lo que quieres. Y si fruto de la insistencia, de propina acabas haciendo posible una alianza imposible que te echa del Gobierno, quiere decir que eres un topo. Es que no hay ninguna otra explicación.

Soraya fue designada para encabezar la "Operación Diálogo" e incluso le montaron un despachito allí donde lo de Millo. Gracias a ella, la relación entre Govern y Gobierno llegó a los niveles de la que mantienen la reina Letizia y la reina Sofía. Un gran éxito, oiga.

Fruto de aquella campaña de "acercamiento" y de "solución definitiva del conflicto", se perpetraron estafas intelectuales como el acto aquel en el Palacio de Congresos de BCN. Lo denominaron "Jornada sobre insfraestructuras. Conectados al futuro" y prometieron 4 mil millones de euros en inversiones que al final fueron 2 mil millones de brindis al sol y 2 mil millones de kilómetros cúbicos de vacío total.

Sobre el referéndum del 1 de octubre, del cual ella era la encargada de evitarlo, Soraya fue autora de frases visionarias como: "El 1 de octubre no va a ser otro 9-N", "No va a haber votación" o "No habrá urnas, ni por tanto, colas ante los lugares en los que se pretendieran ubicar".

Soraya era la responsable política de un CNI que, con todos los medios de un servicio de inteligencia de los más importantes y mejor dotados del mundo, no fue capaz de encontrar una sola urna. Ni una.

Soraya es autora de uno de los tuits más sensacionales de la historia y referido al referéndum del 1 de octubre:

Un texto que era un agujero negro en sí mismo que se autodestruía en sólo 12 palabras y que acabó borrado por su autora.

Soraya fue la diseñadora de la estrategia de enviar ministros a las cadenas de TV más importantes de Europa a decirles que las imágenes que habían visto del violento asalto y posterior robo de urnas perpetrado el 1-O, pues que no, que no las habían visto. Y así podríamos seguir durando líneas y líneas. Y líneas. Por lo tanto, cuando en alguno de los tramos de la mani se encuentre en Soraya, ya liberada del peso de haber tenido que disimular durante todo este tiempo, abrácela muy fuerte y dígale: "Gràcies Soraya. Contigo empezó todo".

Ah, y de paso, le pregunta de qué consejo de administración de qué empresa acabará formando parte. ¿Como por curiosidad, verdad?