¿Me permite una pregunta? ¿Sí? Muchas gracias. ¿Con todo eso de la pandemia, tanto desde el punto de vista personal como de grupo, tanto económicamente como social, Usted ha notado que tenía el apoyo de la administración? Del conjunto del sistema, quiero decir, no de las personas que lo forman, individualmente.

Estamos de acuerdo en que eso que nos está pasando es muy bestia y que nos ha desbordado a todos. Y también estamos de acuerdo en que de este virus, según parece, no tenemos ni idea y que muchas cosas que hace cuatro días eran A ahora son Z. Y tenemos claro que aquí opina mucha gente y que no todo el mundo que opina la acierta y que todo es muuuy complicado. Pero oiga, la broma empezó a finales de febrero y estamos a mediados de julio. En cuatro meses y medio ha habido suficiente tiempo como para, al menos, dejar de improvisar y tener alguna previsión hecha. Alguna.

La sensación es que hay más prohibiciones y restricciones que explicaciones. Y que se dedica más tiempo a impedir que a ayudar. Y ya no son sólo los casos los los ERTE, una vergüenza que debería eyectar del mundo profesional y para siempre los responsables del despropósito y la confusión mundial, es que es todo el resto. Hace tres días hablaba de ello y posteriormente he podido comentar la jugada con una persona del gremio. La explicación que me ha dado es que son "departamentos diferentes". Y, efectivamente, esta es la cuestión. La administración es cuadrada y vive en compartimentos estancos. Y aunque los dinosaurios hayan vuelto y se estén comiendo a los humanos, como Hacienda, la Seguridad Social y el resto de organismos del ramo no tienen previstos los ataques de dinosaurios, ellos siguen trabajando para afrontar los ataques de las cucarachas y los mosquitos tigre. Eso está organizado de manera tal que es como si usted está en el desierto muriéndose de sed, ve una cabaña llena de botellas de agua y cuando va a coger una para evitar morir deshidratado, la administración le dice "no mire, en esta cabaña llenamos las botellas de agua, pero no podemos repartirlas".

La administración, la burocracia, el sistema, no puede pedalear y masticar chiclé a la vez. Es demasiado complicado. Y las personas que están dentro e intentan cambiarlo son engullidas y centrifugadas a la resignación de quien, en vista de la realidad, opta cada mañana para dejarse la ilusión en casa, sentarse en su silla esperando la jubilación y mientras, al menos, intentar resolver el máximo de situaciones personales y tratar sus clientes-administrados con el máximo de proximidad, profesionalidad y resignación.

La realidad ha desbordado una administración que nos ha abandonado. No hay estructura sino parches. Es una burocracia muy eficiente a la hora de cobrar, de pedir y de reclamarnos e impenetrable e inaccesible cuando quien reclamas eres tú. De ellos hacia nosotros, autopista de 4 carriles. De nosotros hacia ellos, blindaje.

Y el ejemplo total es lo que ha pasado en Lleida. Cada año para estas fechas, y desde hace muuucho tiempo, llegan entre 30 y 40 mil temporeros. O los que sean. La mayoría con contrato, pero también muchos sin. Y este año, parece, todavía más porque sin turismo no habrá top manta. Muchos viviendo en lugares dignos, pero durmiendo amontonados. Y otros viviendo en la calle. Personas jóvenes sin conciencia sobre su salud y que si se contagian de COVID seguramente serán asintomáticos. Gente que tienen que vivir todo el año de lo que ganen ahora, como muchos de nuestros abuelos cuando iban a Francia a la vendimia. ¿Usted cree que si alguno de ellos no se encuentra muy bien, se aislará quince días y renunciará a los ingresos con los cuales comerá durante meses?

Sabiendo que eso sucedería, alguna administración ha hecho alguna previsión? Alguna administración ha pensado en lo que venía y ha tomado alguna medida para afrontar la situación. Cuando la gente que está sobre el terreno ha avisado, la respuesta ha sido aquello de los niños pequeños: cerrar los ojos, taparse los oídos y gritar muy fuerte para tapar la realidad y a ver si no pasaba nada. Y ha pasado. Y el problema es que ya somos mayorcitos y nos estamos jugando la vida de la gente. La que depende de la salud y la que depende de la economía.