¿Sabe estos anuncios de apuestas que inundan las cadenas de televisión? Pues pronto veremos uno que será: "Entrada al perímetro de seguridad del Supremo". Consistirá en apostar qué criterio se sigue para acceder al perímetro de seguridad del Tribunal Supremo, quién puede acceder, quién no puede y por qué.

Ayer se podía acceder por unos sitios donde hoy era imposible hacerlo. Pero según quien, sí que pasaba. Y según quien, no. Por ejemplo, los familiares de los presos han intentado hacerlo por el mismo lugar que ayer, la calle lateral derecha que hay según miras de cara a la fachada del Supremo. ¿Se sitúa, verdad? Pues bien, hoy no han podido pasar. En cambio, en bicicleta, patinete, taxi, camión o furgoneta pasaba todo el mundo. O sea, hoy la calle estaba abierta al tráfico, pero no de peatones. Ayer era el revés.

Con respecto a quién puede entrar y quién no a los perímetros, ayer al mediodía en el pipicán situado en la plaza que une el Supremo y la Audiencia Nacional había tres simpáticas ciudadanas con sus no menos simpáticos perros, incluida la gran Lolita...

Naturalmente no tengo nada en contra de que Lolita disfrute del espacio, al contrario. Ahora bien, que cuatro horas antes no dejen pasar a los familiares de los presos, y finalmente lo permitan después de varias gestiones, o prohibieran pasar a varios diputados (mientras otros diputados sí que entraban) y que cuatro horas después entre Lolita, lo encuentro sorprendente. Por no hablar de la manifestación de los funcionarios de prisiones. Me parece fantástico que reivindiquen lo que consideren oportuno, pero si no dejas entrar a personal acreditado y a ellos, en cambio, les permites llegar prácticamente a la fachada del Supremo...

A ver mañana qué criterio hay. Ya estoy nervioso. Y un poquito tenso.

Y hablando de sorpresas. También ayer dentro de este perímetro había un señor a quien llamaremos Jaime. Yo iba en dirección al Supremo y él volvía. Ni me había fijado en él. Y del otro lado de un seto de más de medio metro de ancho oigo: "Oye, yo a ti te conozco. Tú sales en la tele. Yo te veo en el programa de la Melero". Efectivamente, este humilde juntaletras de vez en cuando va al programa de Helena García Melero (Tot es Mou-TV3) para decir cosas. No necesariamente interesantes. Pues bien, después de una larga conversación. Le resumo la cosa.

El señor Jaime había vivido muchos años en Girona, donde tenía una empresa. Hasta que decidió marcharse a Madrid. Ahora cada tarde mira TV3. Pero resulta que el señor es de... Vox (me enseñó el pin y todo). "Tú y yo pensamos totalmente diferente, pero te respeto", me dijo. Y después de repetir dos veces que los presos políticos no tendrían que haber sido encarcelados y que tendrían que estar fuera, me dio su receta para solucionar el conflicto: "Os equivocasteis. Y lo tendríais que reconocer. No pasa nada. Después del error, tendríais que haber pedido perdón y todo se habría solucionado". Y di la vuelta al seto y nos dimos la mano.

Y más sorpresas, como dentro del perímetro de seguridad hay más perímetros de seguridad, que, dependiendo del día, son uno, dos, tres o ninguno, cada vez que te mueves un poquito tienes que mostrar el DNI y el carné profesional a un montón de policías. Pues bien, íbamos con el compañero Roberto Lázaro (el cámara del Iutuber que hacemos de vez en cuando, tanto en versión normal como en versión reducida) y nos tocó una policía que, cosa que no nos había pasado hasta entonces, nos pidió abrir la bolsa y las mochilas mientras nos decía "es para ver si lleváis una bomba". Y riendo añadió: "que tenéis cara de muy peligrosos". "No ―respondimos― la bomba ya está dentro y aquí solo llevamos el botón". Y ella lo remató con un: "Pues os hará falta, que si no, no sirve de nada". Cosas que nos pasan a Roberto y a un servidor.

Cosas como encontrarse de cara hoy con el gran Bigote Arrocet, ver que está hablando por el móvil y comprobar que la carcasa de su móvil es... ¡DE COLOR AMARILLO!