¿Se ha fijado? Ya no existen sectas. Bien, o cuando menos existen las habituales de toda la vida, las oficiales. Las otras, las apocalípticas, las del fin del mundo, las más tronadas, han desaparecido.

¿Eso quiere decir que la gente susceptible de acabar en una secta extraña ha desaparecido? No. Cada vez hay más. ¿Eso quiere decir que ha mejorado la salud mental de la gente? No. Cada vez estamos peor. Entonces, ¿dónde narices paran los desubicados, los que necesitan sentirse parte de alguna cosa diferente que les haga sentirse alguien, los marginados y los que se automarginan, los incomprendidos profesionales, los que creen que la sociedad va contra ellos, los antisociales, los perdedores militantes y el resto de fauna que son carne de acabar en una secta? Pues ahora vierten su "diferencia" en las "causas justas". Y como el mundo está como está, hay unas cuantas.

Ahora en vez de llamar a la puerta de una secta, se abrazan causas de aquellas que si tienes un poquito de neurona es muy difícil estar en contra. Causas que defenderlas te hacen sentir mejor persona, aunque los efectos de tu buena voluntad sean un despropósito. Y, sí, el ejemplo que pondré es el de ciertos animalistas. Hay más causas, pero me quedo con esta que está de actualidad. ¿Cómo puedes no estar a favor de los animales? ¿Cómo puedes no estar a favor de que no los maltraten? ¿Cómo puedes no manifestar tu rechazo rotundo, total y absoluto a algunas prácticas habituales cuando todavía vivíamos en los árboles pero hoy en día inadmisibles?

Ahora bien, una cosa es defender que no se les hagan putadas a los animales y la otra es convertirte en un sectario integrista dedicado a hacer y a decir barbaridades propias de alguien que no está entero. De alguien que se ha creído que llega el fin del mundo y sólo se salvarán los puros.

Porque, a ver, es posible estar en contra de los correbous y de algunas prácticas que se llevan a cabo en algunos mataderos y, a la vez, estar en contra de las actuaciones de estos grupos de unineuronales que van por las granjas repartiendo una tristeza y una indigencia intelectual que incluso me pone los pelos de punta a mí.

Pero, ¿cómo es posible que alguien que dice defender la vida de los animales, con la excusa de "liberarlos" los que haga es matarlos? Es que esto es de ir tocando el tambor con un embudo en la cabeza. Los conejos "liberados" anteayer en la granja de Gurb (Osona) 1/ no saben vivir en libertad, por lo tanto fuera de la jaula duraron entre 5 minutos y 300 segundos, 2/ algunos ejemplares eran madres, con lo cual los que querían salvar animalillos han dejado un montón de crías con más probabilidades de dejar de serlo que de sobrevivir y 3/ con tanto movimiento, los que quedaron en las jaulas sufrieron un estrés que ya veremos como acaban. Por no hablar del dinero que perderá un pequeño productor del territorio.

Oiga, hay mil maneras de denunciar las crueldades que se perpetran contra los animales y sin acabar siendo cruel con a los animales. Y hay mil lugaress donde hacerlo antes que ir a matar conejos a la granja de un pobre señor.

De buenos propósitos el mundo está lleno, pero cuando un elefante que cree que llega el fin del mundo entra en una tienda de cerámica con pasillos de 50 centímetros, lo más probable es que no haya suficientes escobas para recoger el estropicio.