Pedro Sánchez estaba encantado con el debate a cinco que aceptó hacer en Atresmedia (Antena 3 y La Sexta). Claro, es que era perfecto. Él ya se veía allí en medio, equidistado total, observando cómo el trifachito se iba repartiendo estopa y su único trabajo era protegerse de las salpicaduras de sangre fresca de los otros. Pero, vaya por Dios, la Junta Electoral Central (JEC) ha decidido que VOX no pinta nada en este debate porque actualmente no tiene ninguna representación en el Parlamento español.

Y eso me ha recordado la campaña de las europeas del 2014, cuando en TV3 hubo una especie de aparición mariana en forma de "La Señora UPyD", una ciudadana a quien nadie le constaba su existencia política como representante de todos nosotros. Y resultó que sí, que de rebote había conseguido ser eurodiputada de lo que entonces era el partido de Rosa Díez y que en aquel momento estaba en pleno periodo de descomposición. Tanta descomposición que La Señora UPyD ya no era eurodiputada por este partido, con lo cual el despropósito fue cósmico. Y cómico. Fue un impacto tan inmenso que nos permitió recordar cómo los criterios que rigen durante los periodos electorales ni son periodísticos, ni de sentido común. Y a veces ni son, en general.

Pedro Sánchez ahora ha tenido que aceptar el debate a cuatro en TVE haciendo ver que está muy contento. Pero no lo está. De espectador de una matanza ha pasado a ser el zorro a quien todos querrán cazar. El bifachito para culparlo de todos los males existentes en el sistema solar y Podemos para intentar recuperar el espacio de voto útil que los socialistas le están robando día a día. Pobrecito, acabará como una especie de San Sebastián encampañado.

Y mientras, en VOX encantados de la vida. De tener que ir a pelearse con los que le disputan el mismo espacio electoral y correr el riesgo de tener que decir alguna cosa coherente y sensata sobre algún tema, pasa a poder hacerse la víctima. "¡El sistema no nos quiere en los debates porque nos tiene miedo!", "Quieren callarnos"... Y venga, ahora ya tienen hecho el resto de la campaña. Un regalo tan bonito que espero que por Navidad le envíen a la JEC una cesta con muchos animales muertos en varias cacerías. Ah, y las armas usadas en la matanza, por si tienen que defenderse. Los de la JEC.

Pero uno de los aspectos más significativos y menos comentados de la decisión de la Junta Electoral es que acaba con una barra libre existente hasta ahora. Y sobre todo, con una de las frases más "cuñadas", electoralmente hablando, y que dice: "las cadenas privadas pueden hacer lo que les dé la gana y las públicas, no". Pues mire, no. A las cadenas privadas también les afecta a la ley electoral.

Y no sea que alguien, algún día, empiece a presentar reclamaciones y tengamos alguna sorpresa de hasta dónde los afecta. I, como dijo aquel, ahí lo dejo...