Ejercicio de suposición. Imagine que usted vive en Madrid (ciudad) y hace días que va recibiendo informaciones negativas sobre la evolución de la COVID en Catalunya. Que si la situación empeora día a día y está totalmente descontrolada, que si no hay rastreadores, que si se han tenido que restringir movimientos, que si ahora mismo aquella es la región con los peores datos de Europa... ¿Usted qué haría? ¿Vendría a Catalunya si no fuera estrictamente necesario? Servidor de usted no. Como dijo el poeta: "Pa qué, pa cagal·la"?.

Pero no iría por seguridad. Como en una situación análoga no iría a Montserrat, a Chernobil, a Palau de Plegamans o a un concierto de Bob Marley recién resucitado. O sea, el problema no es el lugar sino la circunstancia. Vaya, que la cuestión no es Madrid sino la situación existente allí en este momento.

Por lo tanto, cuando el presidente Quim Torra recomienda no ir a Madrid si no es imprescindible, tal como hizo ayer, lo entiendo de la misma manera como cuándo en su momento lo dijo de Igualada. "Oigan, la situación aconseja no ir. Si pueden, no vayan". Y, ¿verdad que entonces, no salió ninguna autoridad igualadina haciéndose la ofendida? Fue justamente al contrario, con el alcalde Marc Castells encabezando la corriente de opinión que defendía no acceder al perímetro de seguridad. ¿Por lo tanto, dónde está ahora el problema? No entiendo la postura de algunas autoridades de Madrid y del Gobierno Sánchez. Ojo, desde el punto de vista de salud, eh. Desde el político no sólo las entiendo sino que se veían venir porque ahora cualquier cosa les es buena para tapar su total y absoluta incompetencia e irresponsabilidad y desviar el relato.

La presidenta Díaz Ayuso ha optado por mezclarlo todo: "Yo no me alegro cuando a ellos les ha ido peor, como tampoco me alegro de la fuga masiva de empresas. Catalunya es España y Madrid va a estar a disposición de los catalanes siempre". A ver, perdone buena señora, ¿pero qué dice? ¿Aquí, quien se ha alegrado de nada? ¿Recomendar evitar ir a Madrid es alegrarse de lo que allí sucede? ¿Quién ha dejado de estar a disposición de nadie? Y sobre la "fuga masiva" de empresas, que nunca fue masiva, si quiere hablamos, pero en todo caso es muy feo mezclar chantajes con pandemias. Feo y demuestra una gran falta de respeto por los madrileños.

Mientras, el alcalde de la capital, Martínez-Almeida, aparte de mezclar ruedas de molino con galletas caducadas ha decidido adelantarnosr la decisión del Tribunal Supremo sobre el President Torra, que se ve que él ya la sabe. Interesante. Si también sabe los números de la loto, agradeceríamos la información: "A mi me produce tristeza la deriva que tiene Catalunya desde hace muchos años y sobre todo la deriva de un presidente que lo que tendría que hacer antes de exigir a los demás determinados requisitos es cumplir él la ley. Lo que no puedes pretender es ser un presidente inhabilitado y condenado y, al mismo tiempo, decirles a los demás lo que tienen que hacer".

Pero de la misma manera que a un buen fricandó no le puede faltar una rebanada de pan para mojar, en este festival faltaba la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero. "Respetamos las palabras del señor Torra, pero no están de acuerdo con la situación que se plantea. No se tiene que estigmatizar ninguna comunidad autónoma", ha dicho. ¿Estigmatizar? Insisto, ¿decir que mejor no ir a un lugar donde la propia población que vive allí no puede moverse a según qué zonas si no es para ir a trabajar, es estigmatizar? ¿Sí? ¿De verdad? Para mí estigmatizar es hacer una reunión de postureo inútil donde, aparte de enseñarnos un montón de banderas, sirvió únicamente para quedar en que los técnicos se reunirán para mirar a ver cuándo los técnicos se reúnen para mirar a ver qué. Y no puedo evitar preguntarme qué medidas se aplicarían si esta oleada afectara a los barrios ricos de los Cayetanos en vez de los barrios pobres y con mucha inmigración. Porque quizás entonces ya tenemos concretada la definición autentica de lo que es estigmatizar.