22 de febrero del 2006. José Mourinho, entonces entrenador del Chelsea, demuestra -una vez más- su habitual mal perder. En este caso, y después de un 1-2 contra el Barça, le preguntan por una criminal entrada de Asier del Horno a Messi, que le costó al jugador vasco la roja fulminante, y precedida de otras del mismo estilo. Dirigiéndose a los periodistas catalanes presentes en la sala de prensa el portugués dice una de sus frases más celebres: "Catalunya es un país de cultura y vosotros sabéis perfectamente el que es teatro y del bueno. Yo he ido muchas veces allí al teatro y es de calidad".

22 de noviembre del 2021, en los movimientos previos al debate de presupuestos previsto en el Parlament, los partidos catalanes dan la razón a Mourinho y representan de la obra titulada "Haremos una jugada de trilero donde de lo que se trata es de esconder la bolita y que todo el mundo mire los cubiletes". Sí, el título es un pelo largo, pero es perfecto para definir la cosa. Y a diferencia de lo que dijo Mourinho, sería teatro, efectivamente, pero del malo. Por previsible. Y cansino.

"El presupuesto ya está aquí", como el beaujolais. Y todos los partidos han jugado tener razón. O mejor dicho, a intentar ganar el relato. Y si usted obre el ojo y la oreja, todos han salido ganando. Es maravilloso. Y entrañable. Estaban de acuerdo en que hacían falta unos nuevos presupuestos y que el presentado no estaba mal -con matices, pero sin provocar ataques de apoplejía ideológica- y teniendo en cuenta el panorama. Pero no todos podían aprobarlos. Porque cuando hay cámaras delante, hay que marcar paquete (o pecho). Incluso el PSC se ponía bien para abstenerse. Los de Illa han ido a Esquerra a decirle "¿Puedo jugar?". Y la respuesta que han recibido ha sido "No, que estamos justos y la pelota es nuestra. Porque ahora no tocaba. Porque la jugada de Esquerra era otra y relacionada con BCN.

Pero vamos al argumento de la obra y a los papelitos que han interpretado los actores participantes. Esquerra tiene un pacto en Madrit (concepto) para aprobarle los presupuestos al PSOE -y alguna cosa más-, pero en el Parlament, al PSC ni agua. Junts tiene pactos con el PSC en lugares no menores como la Diputación de BCN, pero no quiere saber nada del PSOE en el Congreso de los Diputados. Esquerra no quería ni ver los Comunes en el ayuntamiento de BCN, pero hoy han visto la luz y ahora les aprobarán unos presupuestos que anoche eran una mierda pinchada en un palo. Y en un gobierno donde Colau gobierna con el PSC. Una Esquerra, por cierto, que decía pestes de las cuentas barcelonesas sabiendo que acabaría aceptando el apoyo de los Comunes en el Parlament y que por lo tanto, se los acabaría comiendo. Con patatas congeladas y mal fritas.

Los Comunes, mientras, no aceptaban de ninguna manera pactar los presupuestos catalanes con Junts ni si los apuntaban a la cabeza con una foto de Jordi Pujol y Soley. Y viceversa, pero con los de Jordi Sánchez amenazados con una foto de Coscu. Y al final los Comunes dan apoyo a unas cuentas paridas por Junts y que son exactamente las mismas que había anoche y que entonces eran inaceptables, precisamente por ser obra de Junts. Mientras, la CUP, a la suya. Haciendo exactamente lo que dicen que son, anticapitalistas y antisistema. Y eso está muy por encima de unos Juegos de invierno en un Hard Rock Café instalado en el 52% de la Ricarda.
Y de esta manera acaba el primer acto de "Presupuestos o presupuestos". El resto de la obra hasta la votación del 23 de diciembre será con los mismos actores, en el mismo decorado y haciendo el mismo papel hasta la escena final que será la triple carambola que aprobará los presupuestos españoles, catalanes y barceloneses con Esquerra saliendo en todas las fotos.