Fueron "nuestros" héroes. Era imposible hablar mejor de un colectivo humano. Los elogios iban tan baratitos que había días en que el personal sanitario no podía ni salir de casa porque la puerta había quedado enterrada por la parte de fuera como si hubiera caído una nevada histórica. Había bocas que se habían llenado de tantos elogios que parecían Dizzy Gillespie haciendo un solo...

Dizzy

En algunos momentos, la carrera a ver a quien los amaba más y mejor y para apropiarse de lo que estaban significando para el conjunto de la sociedad fue tan postizamente descarada que tuvo momentos de vergüenza ajena.

Pero, como acostumbra a suceder siempre, el tiempo pasa y las cosas acaban tomando su dimensión real. Y es así como hemos pasado de salir a aplaudirlos como locos cada día a las 8 de la noche, a retornar al mes de febrero. Y eso quiere decir que el personal sanitario ha recuperado la normalidad de seguir cobrando lo que cobraba entonces, ha seguido trabajando en las condiciones que trabajaba hace tres meses y medio y ha recuperado aquella "normalidad" de antes de ser nuestros héroes. O sea, como si no hubiera pasado nada. Bueno, o peor todavía.

Sí, porque se veía venir que unos golpecitos en la espalda tan fuertes que resonaban hasta en Ganímides acabarían convertidos en silencio una vez la situación volviera a la normalidad. Ahora bien, tengo que decir que incluso a mí, un descreído profesional, me ha sorprendido que se rieran en su cara tan pronto y tan fuerte. Eso del ministro Grande-Marlaska subiendo el sueldo a guardias civiles y policías para apagar el incendio provocado por los efectos colaterales de las cloacas del Estado es ciertamente ME-MO-RA-BLE.

Porque podríamos pensar: "Mira, con eso de los ERTE, la bajada de ingresos por la crisis, las ayudas (que no son tales, pero mira) y el bla, bla, bla, pues pobrecitos, no tienen dinero y no pueden hacer el gesto de reconocer públicamente al personal sanitario el trabajo hecho, agradecer las condiciones con las cuales han tenido que hacerlO y valorar los riesgos que han tenido ellos y sus familias". oIGA, que con dinero no se compra la profesionalidad ni la dedicación y por cobrar un poquito más los sanitarios no salvan más vidas. Ahora bien, es el detallito. Pero, no, no, el dinero lo tienen porque hemos visto como delante de nuestras narices se sacaban la cartera y decían aquello tan castizo de "¿Aquí cuanto se debe?". Pero, vaya por donde, se lo han dicho a los cuerpos de seguridad.

Pero todavía hay una cosa más hiriente que esta. Hay un insulto y una falta de respeto todavía más bestia. ¡Algunos ponen en duda la profesionalidad del personal sanitario! Mírese este papelito:

Fiscalía

En un momento en que morían mil personas al día a causa de un virus del cual no sabíamos mucho, que lo afrontaron sin material, con unas UCIs absolutamente desbordadas y sufriendo la reticencia del Gobierno a decretar el confinamiento total, sobre todo en Madrid, ahora la Fiscalía, que mire que tiene temas para entretenerse (si quieren les hago una lista que los tiene distraídos unos cuantos años), se dedica a poner en duda el criterio médico aplicado.

El personal sanitario ha tenido que tomar decisiones humanamente muy duras. ¡Mucho! En algunos casos con más éxito y en otros con menos, pero SIEMPRE intentando salvar el máximo de vidas. ¿Puede ser que haya habido alguna negligencia? Pues no lo sé, pero voy a hacer una cosas que no acostumbro a hacer y que consiste en poner la mano en el fuego. En este caso porque el criterio aplicado ha sido el estrictamente profesional.

Pero claro, los conocimientos médicos de la Fiscalía Provincial de Madrid sobre la cuestión son abundantes que están en condiciones de discutir si en una determinada situación al límite se tenía que hacer una cosa u otra y en base a eso sabrán aplicar la ley. La suya. La que decidirá si en una UCI sacaron una moneda a ver a quien atendían y a quien no. Y a quien le salía cruz le decían: "Oooooooooh, qué pena más grande! ¡Has perdido la oportunidad de seguir alucinando con la Fiscalía!".