Primero, los periodistas empezamos a sobrar en las guerras. No vaya a ser que alguien explicara la verdad en vez de la propaganda. Después sobramos en política. Por el mismo motivo. Y se inventaron las comparecencias sin preguntas, una manera muy simpática de no dar explicaciones y de evitar momentos que podían desmontar la versión oficial de quien no tiene respuestas.

Y ahora se han inventado el comunicado-reportaje ofrecido en un canal de pago. Clinc, clinc, por favor, pasen por caja.

El honor de protagonizar la primera prueba de lo que parece ser que será la comunicación del futuro ha sido Antoine Griezmann y su La decisión. Un título que es lo más acertado de todo porque, efectivamente, se trataba de comunicar una decisión: si se quedaba en el Atlético de Madrid o se iba al Barça. Y ya está. No había más. Y esto está dicho en dos segundos: "Me quedo" o bien "me voy". Pero el publirreportaje vestido de documental duraba más de media hora. O sea, que sobraba más de media hora menos dos segundos.

Por tanto, durante más de media hora menos dos segundos, los espectadores pudieron disfrutar de lo que es el vacío y el desinterés. Sí, claro, porque si interesaba el sí o el no y no había nada más que pelar, todo lo que no fuera eso era accesorio e innecesario. Era paja y relleno para justificar el cling, cling. Y lo peor es que asistían sin saber cuáles eran las reglas del juego. Les habían dicho: "Mire esto que aquí el chico dirá qué piensa hacer". Y pasaron 5 minutos... 10... 20... y allí no sucedía nada... 25... 30... y por fin: "Me quedo". Ah, muy bien, pues felicidades, chico. Gracias por hacerme tirar a la basura 35 minutos de mi vida sin previo aviso. Y pagando.

¿Y esto es bueno o es malo? El publirreportaje disfrazado de documental, digo, Mire, la cuestión es que eso es. Y cada vez lo será más. Los futbolistas son una marca unipersonal convertida en negocio para mucha gente: el propio jugador, los representantes, los abogados, las marcas que lo contratan como imagen, los propietarios de los derechos de las imágenes, los clubs... Y con tanta pasta en juego no estamos para que un juntaletras venga a chafarnos la guitarra, ¿verdad?

Un día desaparecieron los periodistas de los vestuarios, después de los desplazamientos, ahora de las entrevistas, pronto de las salas de prensa y acabaremos, como ya ha pasado con el reportaje de Griezmann, que para tener la declaración de un jugador tendrás que pagar. Porque un futbolista diciendo que los partidos duran 90 minutos genera negocio. Y si quieres oírlo diciéndolo, paga. Es el futuro.