Pues ya está, ya tenemos la foto que escenifica la "agenda para el reencuentro". Las crónicas dirán que se ha visto el nuevo clima existente después de la tierra quemada y que mejor eso que lanzarse el ajuar por la cabeza. Y que Pedro (Sánchez) ha ofrecido inversiones en infraestructuras, financiación autonómica y apoyo a los JJOO de invierno y Pere (Aragonés) ha propuesto autodeterminación y amnistía. Y que esta vez Pedro no ha ofrecido ponerle el nombre de Josep Tarradellas al aeropuerto del Prat porque ya estaba "repe" y que, incomprensiblemente, hoy no ha propuesto llevar el Senado a Catalunya, aquel gran clásico.
Ya me perdonará, pero todo eso son las patatas (o la ensalada) que acompañan el bistec (o el rodaballo). Aquí la cuestión es una frase que ha soltado La Moncloa a los periodistas. Como de pasada, pero que es la clave, y que vendría a ser: "esta reunión es como cualquier otra de las que Pedro (Sánchez) tiene con cualquier nuevo presidente autonómico". Eeeeeste es el tema y de aquí llora a la criatura. Desde que nació. La cosa, el ente, la esencia, la entidad, el ser, se llama soberanía. De soberanía es de lo que discutimos realmente desde hace años. La mayoría de los catalanes la quieren para sentarse a negociar con el Estado en igualdad de condiciones. Y el Estado no quiere ni oír hablar. Porque si reconoces el otro, quiere decir que el otro existe. Y España nunca (¡NUNCA!) reconocerá Catalunya como sujeto político.

¡Es la soberanía, estúpido! El resto son momentos. Una vez es esto de hoy, esta propuesta de pactar una mejor financiación, que suena a picoteo con peces de galleta y gambas saladas, entremeses con cabeza  de jabalí, huevos al plato con guisantes y sobrasada, rape alangostado y limón helado. Otra vez es ampliar el aeropuerto del Prat. Y la de más allá es la cesta de impuestos con la cesión del 30% del IRPF. Vaya, es como ver Quo Vadis por Semana Santa.

Y la prueba de que va de soberanía es que el PSC ha sido hábil y ha propuesto una mesa de diálogo entre los partidos catalanes. ¿Para negociar algo? No. ¿Para pactar desencallar alguno de los grandes temas que nos han llevado donde estamos? No. Es para demostrar que no hay soberanía. Es para decir que hay reuniones en Madrid, pero también aquí. Porque es que "nosotros" y "ustedes" hablamos de cositas que también hablamos con el presidente de La Rioja. O con el de Murcia. Y no, el problema no es que La Rioja o Murcia no sean importantes y no merezcan un trato exquisito, no, el problema es que ellas y el resto de autonomías que no tenían ni bandera fueron la propina del café para todos y ahora son, sí, pero se lo encontraron porque nunca habían querido ser. Y tuvieron que ser para poder tapar a los que querían ejercer su soberanía.
De la misma manera que desde Madrit (concepto) repiten a menudo "Pere Aragonés es el President de todos los catalanes y no sólo de los indepes". Sí claro, y el rey lo debería ser de todos los españoles y no sólo de unos cuantos. Y eso también rige los días tres de octubre de los años impares que acaban en 19. Son frases y conceptos recurrentes para ir pasando el día, como este que hace circular el unionismo según el cual las críticas contra el Tribunal del Pero que Me Cuentas son una estrategia indepe para desprestigiar España. A ver una cosa, pero si este tribunal, que se hace llamar tribunal y no lo es, se desprestigia solito. Y con él arrastra un Estado muy contento de haberse conocido, que se encuentra en restaurantes con moqueta para cascarse unos abrazos modelo teletubbie hipermotivado, pero que hace aguas. Oigan, pero si es como uno haciendo balconing y diciendo que lo han empujado.