Somos hijos y nietos de los grises. Por lo tanto, históricamente, en nuestro país la imagen de la policía es la que es. Y no sería precisamente positiva. Y el 1-O refrescó la memoria a los que tenían amnesia generacional. Hipercríticos con la policía, en general, los catalanes incluso hemos tenido un conseller de Interior de un partido de estos que ahora en Madrit (concepto) le llaman "comunista". Y por el camino hemos hecho debates y más debates sobre el modelo policial, que guste o no a muchos, no es el mismo que el existente en el CNP ni en la Guardia Civil. De hecho allí no entienden que la policía tenga mediadores y que hagan el trabajo que su propio nombre indica. No es que no lo acepten, que tampoco, es que no les entra en la cabeza. Lo he comprobado personalmente.

Cada vez que aquí hay incidentes y cargas, nos pasamos una semana discutiendo sobre proporcionalidad, violencia y eliminación o no de la Brimo (Brigada Móvil), que es un nombre escogido para no decir que son antidisturbios. Y acabamos debatiendo sobre el modelo de orden público, proponemos auditorías internas y planteamos revisiones de protocolos. Allí este debate es que ni se lo plantean. Hay incidentes, pasa lo tiene que pasar -generalmente un generoso reparto de hostias- y en 100 años, todos calvos.

Aquí prohibimos las pelotas de goma. Porque vaciaban ojos. Sí, claro, si apuntas a la cabeza es probable acertar, sí. Y entonces optamos por el foam. Y resulta que también vacía ojos. Volvemos a estar allí mismo. La cuestión no es el proyectil sino donde apuntas y la potencia del tiro. Porque un ojo puedes vaciarlo con una avellana. Si la lanzas lo bastante fuerte. Lo decidieron después del caso Esther Quintana. Recuerdo que una persona que entonces tenía muy altas responsabilidades de la cosa me juró por lo más sagrado que era imposible que aquello se lo hiciera una pelota de goma. Que el forense se lo había mirado y no podía ser. Y que estaban investigando a ver qué podía haber sucedido. Y yo me lo creí, idiota de mí. Siempre he tenido la duda de si a él también lo engañaron. Pero en Madrit (concepto) todo eso no es ni un debate. Hostia va y hostia viene, pelota pacá y pelota pallá y si no te gusta, vuelves y podrás recibir el menú degustación.

Total, que aquí hacemos grandes debates y allí hacen el silencio, pero en los dos lugares vemos imágenes impresentables. Seguramente antes también sucedian, pero ahora en las manis hay centenares de cámaras grabando. Es como un VAR de las hostias y tenemos varias tomas. Y sí, hay manifestantes muy violentos que a veces ponen en riesgo la vida de los policías, pero al revés también pasa. Y casualmente los manifestantes "malos" nunca reciben. Acabamos viendo siempre escenas de policías repartiendo hostias en abundancia a gente quieta al lado de una pared, en una parada de bus o en una terraza de bar. O a ciudadanos con los brazos arriba andando sin hacer nada ni oponer resistencia. Y la última moda, policías protegidos como para ir a las cruzadas y con unos utensilios en las manos que te pueden matar, insultando a la gente. Increíble. Te pegan por la cara (y en la cara) y encima te insultan. ¿Pero de dónde los sacan? ¿Qué meriendan antes de salir a repartir?

Sí, los antidisturbios están para evitar que los ciudadanos violentos consigan sus objetivos, pero si convenimos que entonces es una cosa entre ellos y que ya se lo harán a ver a quien puede más, ¿por qué esta manía de repartir estopa sin control a los que se manifiestan sin más? ¿Porque manifestarse todavía está permitido, no?