Imagínese la inauguración de la sede central de la Asociación Catalana de Veganos Radicales. E imagine que a los invitados (y a las invitadas) los agasajan con un picoteo a base de una parrillada, un asado argentino con matambre "arrollado" y varios cochinillos al horno. ¿Verdad que sería un inmenso despropósito que desacreditaría la asociación y a todos sus miembros para siempre? Pues ahora no hace falta que se imagine nada porque el despropósito que le explicaré es real como la vida misma.

Resulta que, según un informe de la Sindicatura de Cuentas presentado en el Parlament, el exdirector de la Oficina Antifraude, Daniel de Alfonso, cobró de forma y manera irregular y aparte de su sueldo ni más ni menos que la bonita cifra de 314.547€. ¿De golpe? ¡Noooor! Fue tacita a tacita entre los años 2010 y 2016 "sin tener derecho" y por el concepto de "complementos de calidad". Je, je, je, calidad dice... Esta tan simpática como indebida propina que se alargó durante seis años (SEIS) la cobraron él y sus directores adjuntos.

De Alfonso ha pasado a la historia por ser uno de los dos protagonistas de una de las conversaciones más famosas de la historia de las cloacas del Estado. ¿Sabe aquella en que Jorge Fernández Díaz dice aquello de "les hemos destrozado la sanidad" y la "fiscalía te lo afina", entre otras apasionantes afirmaciones? ¿Sí? Pues el otro, era de Alfonso. El mismo que tiempo después compareció en el Parlament en una comisión de investigación y se hizo el chulo y el ofendidito. Pues bien, ¿qué cosas verdad?, al final también se lo afinó antifraude. Por eso más arriba se me ha escapado un poquito la risa con aquello de la calidad.

Pero para entender la dimensión de lo que nos ocupa, miremos el origen de las dos palabras que dan nombre en la Oficina Antifraude.

· Oficina: Local donde se hacen trabajos administrativos o de gestión.

· Antifraude: Es la unión del prefijo "anti", que significa "que protege o que lucha contra lo que indica el elemento al cual se une", y fraude, que es el engaño "que se hace para tener un provecho o un beneficio, especialmente si perjudica alguien".

Por lo tanto, los que tenían que administrar y gestionar la lucha contra los que pretendían obtener un beneficio que perjudicaba a alguien se afinaron a sí mismos unos cobros fraudulentos. Según dice la Sindicatura de Cuentas, naturalmente. ¡SEN-SA-CI-O-NAL! ¡ME-MO-RA-BLE!

Son los veganos radicales zampándose la parrillada de carne y de postres un pastel de riñones. O la Asociación de Amigos del Desayuno de Tenedor y Siempre Sentados a la mesa pidiéndose una ensalada de quinua y tofu y para beber un zumo detox antioxidante.

Ahora bien, las grandes preguntas a hacernos y que, me temo, no tienen respuesta son: 1/ ¿Nadie se dio cuenta de una cosa que duró seis años y empezó a suceder hace 10?, 2/ ¿Qué controles hay?, 3/ ¿Quién hizo el casting del personaje? y 4/ ¿Cómo pudo suceder esto que explicó en David González aquí mismo ya hace más de 4 años. Y esta última pregunta incluye otra: ¿Cuando se supo eso, sucedió algo en el lugar donde nunca pasa nada? Bien, pues ya se lo respondo. Pasó exactamente lo mismo que pasó en mayo del 2018 cuando en otro informe de la Sindicatura correspondiente al ejercicio del 2015 aparecía que de Alfonso había cobrado indebidamente 70 mil euros por unos trienios y unos complementos a los que no tenía derecho. Para variar...