En Igualada hay aparecido una pintada en contra de su alcalde. Y ha sido él quien la ha colgado en las redes con el siguiente texto: "Las 'cámaras de gas" han sido la 'forma más rápida' de exterminar masivamente poblaciones enteras a lo largo del siglo pasado por parte de regímenes totalitarios de todo tipo. Una sociedad democrática y madura no puede tolerar ninguna banalización del exterminio, el asesinato o la violencia". La pintada es esta:

Marc CastellsVarias cosas a comentar. Empecemos por las dos menores, que son mayúsculas, pero la magnitud del caso las empequeñece:

1/ Todo personaje público tiene que poder ser criticado. Y aquí se incluyen los políticos, los periodistas, los futbolistas o los cocineros. Pero los dos límites son que eso se haga desde el anonimato y que se falte al respecto. Cuando eso sucede, pasapalabra y la crítica queda autodestruida.

2/ Amenazar a alguien de muerte no hace ninguna gracia, por mucho que el autor (o autora) se crea que hace mucha porque utiliza un pretendido ingenio que, como queda acreditado en el caso que nos ocupa, es inexistente. Es una lástima gastar tiempo y dinero fabricando pintura roja y construyendo los ladrillos ha servido para levantar un muro y que eso permita tener que soportar este ejemplo de estulticia tan desbordante que sería expulsado de un concurso de imbéciles por abuso manifiesto.

Provoca una inmensa pena que alguien que nos intenta impresionar intelectualmente diciéndonos "Hey, hacedme caso que soy muy ocurrente" lo haga expresando una terrible inhumanidad bañada en una falta de respeto al sufrimiento y una banalización del Holocausto. Pena por el autor (o autora), pero también por su familia, que quizás ha tenido que esforzarse por darle una educación y unos estudios a alguien que, sí, tiene muy buena letra, pero con quien queda demostrado que han despercidiado el tiempo y el dinero. Pretender ser ocurrente usando al millón de muertos que hubo en los campos de concentración no sólo no hace ninguna gracia sino que provoca tanta tristeza... ¡Pero tanta!

Pero el autor (o autora) de la pintada ha hecho otra cosa de la cual no es consciente porque su neurona no da para más y demuestra que, al contrario de lo que piensa, no es nada más que un accidente genético. Cuando envías a alguien a la cámara de gas, quiere decir que eres un nazi. Porque exactamente eso era lo que hacían los nazis. Si resulta que para hacerte el simpático y el mordaz acabas autocalificándote de nazi, o son que lo eres o es que te has pasado de listillo. O las dos cosas.

Estaría bien que esta persona (y digo persona porque tengo un día optimista) saliera públicamente a decir "he sido yo". No por ponerle una denuncia, no. Ni siquiera para recibir un merecido repaso. No, no, se trataría de hacer un verkami y enviarla a visitar el campo de Mauthausen-Gusen. Por ejemplo. Y que se paseara por allí. Y que entrara en una cámara de gas. Y que imaginara todo lo qué allí sucedió. Y que pensara en las personas que estuvieron entre aquellas paredes y en sus familias. Y mientras lo hace, que reflexionara si realmente hace alguna gracia que el apellido Castells no rime con gas.