Servidor de usted le explicará ahora una bonita historia y usted tiene que adivinar si es cierta o falsa. ¿Qué, le apetece jugar? Seguro que sí porque todo funciona tan bien, en general, y vemos que estamos yendo tan directos a la victoria total de todo, también en general, que lo que más apetece es jugar. Y además estamos en noviembre, se hace de noche a las seis de la tarde y los bares y los restaurantes continúan cerrados.

El protagonista de nuestra historia es Pep Florolos, aunque también lo podría ser Pepa Florolas. Pep es uno de los 500 mil autónomos que, así a ojo, constan en Catalunya. Medio millón de personas que optan a repartirse una ayuda de 20 millones de euros a razón de 2 mil por persona. Haciendo las restas pertinentes y los cálculos necesarios sale que habrá dinero para 10 mil de estos autónomos. Dicho de otra manera, de esta ayuda, 490 mil autónomos catalanes recibirán exactamente un abrazo muy cordial. Y entrañable.

Y, ¿qué criterio han establecido para decidir quién cobra y quien no? ¿Los que lo pasan peor de entre los que lo pasan peor? Pues no. Se ha implantado el famoso criterio conocido con el nombre de "Lo siento, pero el aforo está completo, además usted va con bambas y no me gusta su cara". O sea, funciona por el orden d'entrada a la página web donde puedes solicitar el dinero. ¿Y cómo se llega? Bueno, el proceso es muy de autónomo ya que es un ejercicio de supervivencia comparable a hacer 4 triatlones seguidas y después subir al Everest en pelotas, haciendo la vertical puente y llevando 3 sherpas colgados de cada una de las partes blandas del cuerpo del propio demandante. Y, por supuesto, sin ponerse nunca enfermo.

Hay centenares de autónomos que se han puesto a ello las 8 de la mañana y a media tarde todavía no habían llegado ni a hacer el primer formulario. Lógico, cada vez que miles de personas quieren entrar a la misma página web, sea para pedir una ayuda del estilo "es triste pidil pero más triste es ser autonomo", sea para comprar entradas para el espectáculo de Bertín Osborne i Arévalo, al servidor le sucede como a la tarjeta black de Froilán, que explota. Como el amor, de tanto de usarla.

Los que consiguen conectarse pueden apostar qué error les acabará saliendo. Que se sepa, hoy ha salido muy repartido entre el 502, el 503, el 505 y el 1009. Por twitter, el usuario Jordi Rius (@JordiRius) ha explicado que a él, además, en un momento dado le ha aparecido la frase "Este trámite se encuentra deshabilitado o fuera de vigencia. Para más información contacte con el 012". Pero bien, supongamos que alguien haya llegado al final, que este alguien es uno de los 10 mil primeros, que cumple todos los requisitos y que accede al premio gordo del autónomo. ¿Qué hace con dos mil euros? ¿Se los gasta todos en comprar la Sagrada Familia y monta allí un teatro?

Porque, claro, resulta que la broma esta de la pandemia empezó ahora hace ocho meses. Y ya veremos cuántos más dura. Con 2 mil euros un autónomo paga unas cinco cuotas mensuales (si opta por el tramo más bajo de todos), y aquí se ha fundido la fantástica ayuda. Toda. El problema es que además de la cuota mensual que pagas, tengas actividad o no y que este mes han subido con efecto retroactivo de enero, el autónomo sigue abonando el alquiler del espacio donde realiza su actividad, la gestoría que le tramita el papeleo, el mantenimiento del negocio aunque esté cerrado, los suministros, el teléfono, la fibra... y además come. Él y su familia. Nada del otro mundo y sin excesos, pero comen. Mire que son extraños, eh...

Bien, y hasta aquí esta bonita historia. ¿Qué, realidad o ficción? ¿Usted qué cree? Pues mientras se lo piensa, le explico otra. Ojo con los Pep Florolos (y las Pepas Florolas) del régimen general que han estado en ERTE, están ahora o estarán. Sí, porque en la declaración de la renta del próximo año les aparecerán dos pagadores, la empresa para la cual trabajan y el estado que les ha pagado este tipo de subsidio. Y eso querrá decir acabar aflojando pasta. De momento la Generalitat se ha iventado un parche, pero en esta cuestión el Estado ni está ni se lo espera. Tampoco. Por lo tanto el futuro, aparte de jugar, será reírse mucho, autónomos y no autónomos, cuando nos encontramos todos juntitos cogiditos de la manita abriendo el contenedor a ver que encontramos.