Cada vez que hay un pleno en el Parlament, están allí. Sí, hablo de los lazos amarillos que recuerdan a los diputados encarcelados, también conocidos como los presos políticos. Y que lo son (presos políticos) aunque a muchos (y a muchas) esta expresión los moleste tanto que la han prohibido. Pero es que, precisamente, aquellos lazos están donde están porque hay presos políticos. Porque si no, en los escaños habría políticos y no lazos. ¿No sé si me explico, verdad?

Los lazos amarillos y el amarillo en general son un dedo que señala una situación. Por eso a esos algunos los molestan tanto. Querrían la muerte civil de los presos. Buscan su desaparición del escenario cotidiano. Porque lo que no se ve, no existe. Esta ha sido la estrategia desde el primer momento. Y recordemos que para eliminarlos, en este país se han llegado a organizar pelotones de encapuchados. Ojo, no, como para tenerlo presente, ¿verdad?

Pero la imagen de los lazos podría desaparecer, por culpa (o a causa) de la propia evolución de la situación. Oriol Junqueras, Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull ahora son diputados en el Congreso. Y Raül Romeva es senador. Y para tomar posesión del acta tienen que dejar su escaño en el Parlament. Por lo tanto, sus asientos serán ocupados por 5 nuevos diputados. La pregunta es: ¿qué pasará con sus lazos? ¿Y si Carles Puigdemont y Toni Comín son elegidos diputados en el Parlamento Europeo, cosa que es factible, qué sucederá con los suyos?

¿Veremos pronto un Parlament con los 135 diputados presentes, una cosa que no sucede desde el 17 de enero del 2018, cuando la sesión constitutiva del Parlamento sufrió la ausencia de Oriol Junqueras, Jordi Sánchez y Quim Forn, en aquel momento ya detenidos por decisión del juez Llarena?

Sin lazos en el hemiciclo, alguien podría decir que se normaliza el olvido que algunos intentan imponer desde hace tiempo. Bien, pero quizás hay otra manera de verlo. Hay un par de posibilidades: 1/ que los presos políticos se sienten en sus escaños del Congreso de los Diputados, sería una cosa lucidita, ¿no cree?, o 2/ que el Estado consiga impedirlo... pero entonces los lazos estarán allí. Que tampoco sería una mala imagen, ¿no cree?

Ah por cierto, y de rebote, si en el Parlament entran los tres nuevos diputados de Junts per Catalunya que sustituyan Sánchez, Rull y Turull, que ahora no pueden votar porque no tienen delegado el voto como si lo tienen Junqueras y Romeva (y a la espera de saber qué pasa con Puigdemont y Comín), en la Cámara habrá una recomposición de fuerzas. Hasta ahora Ciudadanos, PSC, Comuns y PP sumaban 62 votos y el Gobierno de Junts per Cat y Esquerra sumaban 61. Aparte iban los 4 de la CUP, que se han desmarcado del Gobierno. La nueva situación hace recuperar la mayoría simple a Junts y Esquerra y, de facto, la mayoría absoluta porque parecería difícil que la CUP votara muchas cosas con la mayoría alternativa. Aparte que, dependiendo de los resultados de las municipales, quizás los Comunes cambian de bando en algunas votaciones.

Por lo tanto, los lazos se marchan por una puerta y la mayoría vuelve por la otra. A esto le llaman "pasar pantalla". O cambio de cromos.