​Jordi Montull dijo la semana pasada sobre el juicio del caso Palau: "La semana que viene será muy divertida". Bien, pues ésta es la semana que entonces era la próxima semana y de diversión, más bien poca. Hay que decir que tampoco sé cuál es el concepto de diversión del señor Montull, pero vaya, por lo que hemos deducido de cómo gastaba el dinero que se llevaba del Palau (según propia confesión), él tampoco se ha divertido mucho.

¿Y, cómo se lo gastaba? Un ejemplo: cuando en la sesión de esta mañana el fiscal le ha recordado que en su domicilio particular se realizaron obras por valor de 400 mil euros (pagando el Palau), Montull ha dicho que "hicimos la cocina nueva y puse una valla" (se supone que en la calle, no en la cocina. Aunque por el precio de la cocina, podría haber sido necesaria). Y, es que no es muy divertido imaginar qué tipo de cocina se hizo el señor Montull y qué valla se hizo construir para que la cosa se disparara hasta los 400 mil euros. ¿Microondas de diamantes? ¿Cafetera de oro blanco? ¿Lavadora que sólo funciona a las horas en que la electricidad está más cara? Ah, por cierto, Montull no recuerda cuándo empezó a hacer estas obras. Como tampoco recuerda:

· el importe de las obras que Ferrovial hizo en el Palau de la Música. Pero (ha dicho textualmente) "he hecho un libro donde lo explico",

· cuánto dinero cobraron de los famosos bonus que se autoadjudicaron, una cifra que, en todo caso, Montull ha dicho que decidía Fèlix Millet.

Montull también ha dicho no saber nada de las obras en el Palau, de las bodas de las hijas de Millet, del presunto pago a Àngel Colom, del presunto pago de la campaña de un candidato de CDC de La Ametlla del Vallés, del tema fiscal del Palau (porque lo llevaba el abogado Ramon Bergós) ni de las inspecciones de Hacienda relacionadas con los grandes movimientos de dinero que había en el Palau, porque "Bergós dijo: eso ya lo solucionaré y él se encargó del tema".

En cambio, Montull sí que recuerda:

· el significado de las siglas GPO: Grandes Producciones Orquestales (es la primera vez que sabemos el significado real de este concepto que aparecía a todos los papeles y que era el nombre clave que Millet y Montull le dieron a las comisiones que recibían. GPO Ingeniería también era el nombre de una empresa constructora que, en un principio, se pensó que tenía relación con el caso y que en su momento quedó totalmente descartada).

· que una parte del porcentaje que cobraban él y Millet, lo daban a la Fundación.

· que los viajes particulares a cargo del Palau se pagaban en efectivo y con talones por ventanilla.

· que los desplazamientos y comidas de los viajes del Orfeó se pagaban en efectivo. Y que mucha gente cobraba en efectivo, incluidas orquestas, que pedían el dinero a la media parte de la actuación.

· que su hija no decidía nada ni tenía firma.

· que Rosa Garicano (otra de las acusadas que ha declarado hoy y de la que hablaré más adelante), no decidía nada ni tenía firma.

· que la famosa reunión en el hotel Diplomàtic (entre él, Millet y dos personas de CDC, Jaume Camps y Germà Gordó), no fue para hablar de dinero sino "de política. Y por encima".

· que le llamaban "el bombero" porque lo solucionaba todo.

· y que hubo una época "en que a todo el mundo del Palau lo hacían director de alguna cosa".

Sobre el tema Convergència-Ferrovial no ha añadido nada a lo que dijo ayer Millet. La cosa ha ido así:

Fiscal: ¿Una parte de la aportación de Ferrovial, donde iba?

Montull: A Convergència.

Fiscal: ¿Era a cambio de obra pública?

Montull: Venía un señor que yo le llamaba "el recadero", el señor Torrent (extesorero de CDC, ya muerto). No hablé nunca con él. De todo eso se encargaba el señor Millet. (...) Pasamos del 3 al 4% porque Convergència quería más dinero. (...) Yo sabía del tema de estos pagos, pero no lo había vivido (sic). Después hablé con Osàcar, pero con nadie más de CDC. (...) Osàcar venía al Palau, tenía el sobre el dinero preparado, lo cogía y se marchaba. (...) Desconozco el convenio con la Fundación Trias Fargas (la fundación de CDC) porque eso lo llevaba Millet. (...) Que el convenio con la Trias Fargas era una excusa para desviar dinero lo supe después. (...) Las facturas que llegaban de Convergència no sé si eran buenas o malas (reales o falsas).

Y eso ha sido todo. Para acabar, una frase: "El señor Millet era mucho señor Millet" y sobre su relación personal con Millet, un comentario. Se ha dicho que estaban enemistados y que tenían muy mala relación. Mire, hoy ha sido el segundo día en que un servidor los ha visto charlando amigablemente, detrás de una mampara pero a la vista de todo el mundo. Por lo tanto, no se escondían. Y reían. Los dos. Y Montull le mostraba a Millet contenidos de su móvil. Y los gestos eran de complicidad. Por lo tanto, la suya es una pelea muy extraña. Ah, y una cosa sobre la salud de Millet. Ya la querré tener yo a su edad, sobre todo si voy con silla de ruedas. Porque todo el mundo sabe que la tendencia, y más a estas edades, es que, al no andar, se te hinche la zona de los tobillos. Y él los tiene perfectos. Debe ser genético.

Y entramos ya en la declaración de Daniel Osàcar, extesorero de Convergència, a quien Millet identificó ayer como el "Daniel" que aparece en todos los papeles. Lo primero que ha dicho que es que hasta ahora todo el mundo ha mentido mucho. Después ha dado su versión.

Cuando el fiscal le ha preguntado si recogía dinero de Ferrovial ha explicado que él iba al Palau "por los convenios firmados años atrás, en 1999" de los que él se hizo cargo a partir del 2005. Y ha dicho que iba al Palau a firmar el convenio anual y que después volvía a pasar otro día a recoger la copia firmada por Millet, que nunca se reunió en el Palau con nadie y que el convenio no se pagaba con ninguna factura sino "siempre" con talones nominativos.

En este punto el fiscal ha querido saber en qué consistía este convenio entre el Palau y la Fundación Trias Fargas por un importe total de 600 mil euros y Osàcar ha explicado que servían "para difundir la cultura catalana". ¿Cómo?, ha preguntado el fiscal. Y Osàcar ha puesto un ejemplo: "servía para que en las Fiestas Mayores de los pueblos donde gobernaba Convergència no hubiera sólo música andaluza sino también música catalana". Y eso se hacía "influyendo" en los programas de cada pueblo a través de las sectoriales de cultura. Y el fiscal no ha insistido más sobre el destino de estos 600 mil euros.

Sobre el tema de la obra pública, Osàcar ha dicho que no sabe nada, que a los señores de Ferrovial los ha conocido en el juicio (estan acusados), que no conocía personalmente a Millet ni a Gemma Montull, que en los años que dicen que pasó el caso, Convergència estaba en la oposición en la Generalitat, en el Ayuntamiento de BCN y en la Diputación de BCN y que todo eso se lo han inventado Millet y Montull para justificar la apropiación. Y aquí ha sido cuando han vuelto a salir las empresas "Orencat y CMB 10". Gemma Montull explicó ayer que aparecieron cuando Millet necesitó "cobertura" para cubrir documentalmente el gran movimiento de billetes de 500 euros: "Un día me llama mi padre -dijo en su declaración- y me da facturas de Orencat y de CMB 10 para justificar los movimientos de dinero. Se las proporcionó Daniel Osàcar". Pues bien, a preguntas del fiscal el extesorero convergente ha dicho que estas dos empresas no le suenan de nada (por cierto a Montull tampoco) y a preguntas de su abogado ha añadido que nunca fueron proveedoras de Convergència.

Y así hemos llegado a la declaración de Rosa Garicano, exdirectora general del Palau de la Música y para la que se piden 9 años de prisión y 12 millones de euros de multa. Como no se ha negado a responder a ninguna acusación, hemos oído por primera vez las voces de los abogados que representan a la Fundació Privada Orfeó Català, al Consorci Palau de la Música y a la Federació d'Associacions de Veïns. ¿Resumen? Que ella sólo se dedicaba a temas de esponsors, patrocinadores, relaciones públicas y marketing y que no sabe nada de Ferrovial, de obras, de otros patrocinios que firmaba personalmente Millet por su cuenta, ni sabe dónde se ingresaba el dinero obtenido por estos conceptos.

Y a las dos menos cuarto, se ha acabado la sesión. Antes, sin embargo, hemos escuchado decir al fiscal: "Soy incombustible". Venía a cuento por la posibilidad de hacer declarar a un tercer acusado, cosa que el tribunal ha desestimado porque nos habríamos pasado de las 3 de la tarde y los asistentes estarían cansados.

Como ve, de diversión, poca. Y de estirón de manta, la justa. Ayer Millet dijo que todo lo llevaba Montull. Ayer Gemma Montull y hoy Jordi Montull han dicho que todo lo llevaba Millet. Y Rosa Garicano ha dicho que ella estaba para otras cosas. Y todos juntos no saben nada de nada y siempre se quedan a las puertas de todo. Suerte hay del fiscal incombustible.