En el Reino de España todos los ciudadanos son iguales ante la ley. Pero, como siempre sucede en los reinos, los unos son más iguales que los otros. Y en el número uno de la lista de los 40 más iguales ahora mismo tenemos a Emérito I, también conocido como el rey abdicado que un día dijo "voy un momentito a comprar tabaco y ahora vuelvo". Y todavía hoy no ha encontrado el estanco. Y por eso no acaba de volver.

Emérito I es tan igual al resto de españoles que cinco minutos después de ser acusado de corrupción desplazó su cuerpo hasta otro país. En secreto y sin dar ninguna explicación. Posteriormente, hemos sabido que era culpable de al menos de uno de los casos que se le atribuían. Y lo sabemos, básicamente, porque pagó 678.393 € para regularizar el importe gastado con unas tarjetas bancarias de fondos opacos y que fueron usadas por él y por sus familiares. Tras dejar de ser rey. Y eso es importante, porque quiere decir que mientras hizo este gasto ya no era inviolable. Y por eso lo regularizó. El problema sobrevenido es que es un señor tan igual al resto que todavía no sabemos de dónde sacó el dinero para pagar estos 678.393 €. Y nadie le ha exigido que nos lo explique.

Pero no se vaya, que ahora añadiremos un ingrediente más a este pil-pil real. Irene Castro publica hoy en Eldiario.es que durante su estancia en Abu Dhabi, el lugar donde fue a comprar tabaco, el Emérito dispone de tres ayudas de cámara que van y vienen desde Madrid. Y la periodista lo ha sabido porque existen unos billetes de avión por importe de cuatro mil euros que Patrimonio Nacional (PN) paga a Viajes El Corte Inglés. Vaya, ¿sabe aquello de "El Crucerito"? Pues con tres criados y aparte de la excursión, naturalmente, con otros gastos como la estancia, las dietas y la nómina de estas tres personas, que son de libre designación, y que también van a cargo del PN, un organismo dependiente de la vicepresidenta Carmen Calvo. Un pil-pil perfecto donde todo liga.

Sí, porque justamente ayer, la señora Calvo había dicho, con aquella cara de rotundidad tan suya, que "el rey Juan Carlos no vive con los recursos públicos". Cáspita, pues para ser que no le pagamos la cosa, eso de los tres "asistentes", más la seguridad que le ha sido asignada, un dispositivo por cierto del que desconocemos cualquier detalle ya que el Ministerio del Interior dice que es una "información reservada", y todo el resto que no sabemos, estamos ante una manera muy extraña de no vivir con recursos públicos.

Ahora bien, lo mejor de todo eso es que hemos descubierto que Patrimonio Nacional, un organismo que creíamos se dedicaba a sacar el polvo de los monumentos, resulta que es uno de los lugares por donde nos cuelan el gasto real de la Casa Real. Todos sabíamos que el presupuesto oficial era una broma y que aquello de "la monarquía más barata de Europa" era tan creíble como Griezmann chutando un penalti. Ahora sabemos esto quién lo paga. De hecho, nos lo explica la señora Llanos Castellanos Garijo, presidenta de Patrimonio Nacional en la página web de la institución: “Patrimonio Nacional es más que la suma de objetos, monumentos y espacios de valor incalculable; Patrimonio Nacional es el organismo autónomo que tiene por misión facilitar, conservar y dar a conocer los bienes necesarios para que la Corona pueda desarrollar la labor representativa que le confiere nuestra Constitución y así se muestre la herencia de nuestro pasado y la fortaleza que compartimos para construir nuestro futuro conjunto”. Vaya, que finalmente hemos encontrado la gran Tapadera Nacional.