Mañana extraña en el Parlament. En la calle, un sábado lluvioso y gris. Dentro también. Por los pasillos mucho silencio. Un silencio extraño. Porque si hay una cosa que hace ruido son los periodistas. Pero hoy, las históricas paredes de un edificio que ha visto de todo, sólo te devolvían murmullos. No había carreras y las conversaciones eran en voz baja. Hoy el Parlament estaba triste.

En el hemiciclo han sobrevolado gestos. Veremos si durante los próximos días cuajan. Porque cuando ya no hablamos de indepes o no indepes sino de estado de derecho y democracia, la base se amplía ella sola. Sin necesidad de pedirselo.

Y esta es la cuestión: ¿y ahora qué? A los juntaletras nos lo preguntan mucho, como si nosotros lo supiéramos. Creo que el futuro no lo sabe nadie, pero el Iu-Tuber ha intentado hacerse una idea preguntando a los que saben, a los que cada día conviven con la actualidad. Y este es el resultado: