Este lunes he leído una reflexión del señor Salvador Illa, secretario de Organización del Partit dels Socialistes de Catalunya, con la cual estoy de acuerdo, aproximadamente, en un 35%. Pero en el 65% de afirmación con la cual estoy en desacuerdo, el desacuerdo es del 5 mil por ciento. O más.

Dice el señor Illa que "en Catalunya la convivencia se ha visto resentida fruto del intento secesionista que sufrimos en el 2017". Efectivamente, la convivencia se ha resentido, pero no por "el intento secesionista". Y quizás la palabra no es convivencia sino una mezcla de pereza y confianza. He detectado que hay gente que no habla de según qué con según quien, por si acaso. Silencio preventivo. Y este "por si acaso", creo, no tiene que ver con evitar incomodas y encendidas discusiones sino por el cansancio existente con el "tema", después de tanto tiempo viviéndolo con tanta intensidad. Y, como no sabes si tu interlocutor te taladrará el cerebro volviendo a discutir de lo que ya has discutido 456.091 veces (como por decir una cifra), la pereza de repetir lo que has repetido y rerepetido hasta la rerererepetició infinita hace que prefieras hablar de Griezmann o de Neymar. Más adelante me referiré al concepto "el intento secesionista".

Y continúa el señor Illa diciendo que: "... y lo que tenemos que hacer es trabajar para cohesionar de nuevo Catalunya y conseguir superar esta situación de división social". Totalmente de acuerdo. Pero esto ahora y siempre. Porque todas las sociedades tienen divisiones sociales y todas las sociedades tienen que trabajar conjuntamente para cohesionarse.

Y acaba el señor Illa con la parte con la cual estoy radicalmente en desacuerdo y que liga con aquello de "el intento secesionista". Después de decir que hay que trabajar para la cohesión perdida, lo remata con un "agravada por los partidos independentistas". A ver, hablemos del tema. Mirémonos quien ha agravado qué.

Tomando la frase en su totalidad, o sea, los tres fragmentos comentados, lo que quiere transmitir el señor Illa es que han sido los indepes quienes han fracturado la sociedad catalana con todo eso del Procés y el referéndum. Y que ellos, el PSC, la recoserán.

Suponiendo que la sociedad catalana estuviera fracturada, cosa que no creo, sería temerario creer que sólo es culpa de una de las partes. ¿Y, sabe por qué? Porque los indepes tienen derecho a defender sus ideas, como los unionistas a defender las suyas. Y los unos tienen que poder intentar que Catalunya sea independiente y los otros tienen que intentar poder impedirlo. Y, claro, aquí siempre habrá dos opiniones opuestas, enfrentadas, que no quiere decir una sociedad fracturada.

Porque mientras los indepes estaban callados, todo iba bien. El problema fue cuando pasaron de ser una minoría a ser un porcentaje significativo de la sociedad. Y ahora no discutiremos si son el 55%, el 49,98 o el 47,37. Pero la realidad es que cuando el unionismo se sintió amenazado pasó de la vida contemplativa donde todo el mundo era feliz y estaba cohesionado a la acción. Para defender sus ideas. O sea, con la argumentación del señor Illa podríamos decir, perfectamente, que "en Catalunya la convivencia se ha visto resentida fruto del intento unionista de impedir que los indepes hicieran un referéndum en el 2017 y lo que tenemos que hacer es trabajar para cohesionar de nuevo Catalunya y conseguir superar esta situación de división social agravada por los partidos unionistas como el PSC".

En nombre de lo que el señor Illa define como "cohesión", a los indepes se les niega poder conseguir su objetivo. Y la pregunta es: ¿Por qué son ellos los que "rompen" la sociedad queriendo una cosa y no son los otros los que la rompen por no quererla? O es que quizás la sociedad catalana sí que está fracturada, pero entre quien tiene la culpa de la situación por querer una cosa y quien también la tiene por querer la contraria.