Primera parte del partido de vuelta de la final de la copa Escarmiento a los Indepes que disputan Abogados contra Fiscafina. Al descanso, el resultado provisional es de 3-0 a favor de los Abogados con goles de Van den Eynde, Melero y Pina. Han sido aproximadamente 8 horas en que Fiscafina ni la ha visto. Se han pasado toda la sesión corriendo detrás de la pelota que movían los de Abogados en un tiki-taka sin fin.

Si Fiscafina tuviera un mínimo de visión de la cosa, hoy mismo pagaría la cláusula rescisión para fichar Melero, Van der Eynde i Pina. Los titulares indiscutibles de un equipo que se supone está formado por la élite fiscal de un Estado de la Europa occidental han sido barridos sin compasión y en su propio estadio y ante su público.

Lo mejor de la Fiscafina española ha sido derrotado en la forma y el fondo. Por capacidad de exposición, por contenido y por puesta en escena. Si la acusación fuera un edificio construido todo él con amianto, los tres abogados de los presos políticos han desmontado pieza por pieza la estructura dibujada sobre plano por José Manuel Maza y construida con ladrillos de azúcar por una multitud de empleados que van desde Tácito a Llarena pasando por Lamela y el juzgado Trece. Y sin levantar una molécula de polvo.
Hoy, después de los alegatos de los tres abogados, el juez Marchena tendría que haber suspendido la sesión y, señalando a los acusados, decir con voz fuerte y clara: "Este juicio queda suspendido ahora mismo. Y estas tres señoras y estos nueve señores, para casa inmediatamente. Les pedimos perdón por lo que les hemos hecho, el Estado intentará compensar el atropello cometido, pedimos perdón también a la sociedad por el espectáculo ofrecido y mañana a las 10 de la mañana empieza el juicio contra los responsables políticos y judiciales de esta farsa".

De lo que se ha dicho a lo largo del día, destaco seis momentos:

1/ Cuando Van den Eynde ha hablado de la secretaria judicial que fue a la conselleria el famoso día del registro De la misma manera que se tiene que decir que el miedo individual es una cosa de cada uno, también se tiene que poder decir que esta señora es seguidora de grupos antiindependentistas un poco extraños. ¿Tiene derecho a serlo? Naturalmente. Pero en el juicio del 9N ya sucedió que uno de los principales testigos usados contra los acusados fue el de una señora con una trayectoria pública de combate feroz contra lo que representaban. Todo el mundo tiene que tener derecho a pensar lo que quiera, pero eso implica que este pensamiento quizás influye al modificar percepciones de su testimonio. Sólo quizás...

2/ Cuando también Van den Eynde ha dicho que la sentencia dictada por el tribunal marcará la doctrina a aplicar a partir de ahora en España para combatir la disidencia política y la protesta. Cuanto más dura sea, más nivel de libertad quedará fulminado.

3/ Cuando Javier Melero se ha quejado de la banalización del nazismo. Toda su exposición y argumentación ha sido brillante y precisa, pero en este punto ha sobresalido. Es inadmisible comparar el Procés con el nazismo y Catalunya con la Alemania de los años 30. Que lo haga un trozo de carne con ojos, mire, pobrecito, ¿verdad?, pero no le pagamos el sueldo a un fiscal del Supremo para que excrete barbaridades de nivell cuñado.

4/ Cuando Jordi Pina ha argumentado que para construir el escarmiento se han inventado delitos como el del golpe de estado o el de un tipo nuevo de rebelión pasado por la termomix.

5/ Cuando Pina se ha preguntado cómo fue posible que en un terrible clima de insurrección del fin del mundo propio de la Rosa de Foc, los días 8 y 12 de octubre hubieran habido en BCN dos manifestaciones unionistas en las cuales sólo hubo los incidentes protagonizados por seguidores neonazis del At de Madrid, la Valencia y el Sabadell (que, por cierto, nadie ha explicado aún que narices hacían allí).

Y 6/ Cuando el mismo Pina ha manifestado su sorpresa porque ante una rebelión sediciosa violenta republicana de golpe de estado tumultuoso de destrucción de la Constitución, el Estado no hiciera intervenir al ejército. Un ejército, por cierto, que ni tan sólo ha sido citado a comparecer en el juicio para que explicara cómo afrontó la separación de una parte de la España indisoluble.

Tres a cero y con jogo bonito, sí. Y el partido se ganará por goleada, pero eso no quiere decir que recojamos la copa. Lamentablemente, lo que recogeremos será una sentencia durísima. España siempre elimina al enemigo de cuajo y nunca toma prisioneros. Y me gustara tanto equivocarme...