El grupo Vocento ha reunido hoy a Felipe González, José María Aznar y Jose Luís Rodríguez Zapatero para hablar de los 40 años de las primeras elecciones generales postfranquistas. Y, claro, han hablado del referéndum. Y, claro, no han hablado nada a favor. Nada sorprendente. Como los argumentos utilizados. Él viejo repertorio de los tres tenores que han acabado convertidos en los Milli Vanilli.

Felipe, a quien se nos ha hecho extraño verle sentado en una silla y no en la cubierta de un yate al lado de una señora que aparece en los papeles de Panamá, ha soltado una frase marca de la casa: "El problema de Catalunya no es con España, sino con la misma Catalunya". Como podría haber dicho que el problema del papel de fumar no es con el tabaco, sino con el mismo papel de fumar. O con el filtro.

Y después nos ha llamado nazis en versión ideológicamente próxima en sí mismo cuando era joven: "Stalin reconocía el derecho de autodeterminación y los autodeterminaba él con pueblos enteros en Siberia" y bolivarianos: "La propuesta en Catalunya son como las de Maduro". En este último caso, la idea es fruto de mirar portadas de El País en ayunas.

Aznar, el hombre que el 23 de febrero de 1979 escribió en el diario La Nueva Rioja: "No ha habido un Parlamento que merezca tal consideración. Baste pensar al respeto, cómo fueron aprobados en bloque apartados, artículos, capítulos y títulos del texto constitucional sin que se desarrollase un solo debate ante los españoles (...) Tal como está redactada la Constitución, los españoles no sabemos si nuestra economía va a ser de libre mercado o, por el contrarío, va a deslizarse por peligrosas pendientes estatificadoras y socializantes, si vamos a poder escoger libremente la enseñanza que queremos dar a nuestros hijos o nos encaminamos hacia la escuela única, si el derecho a la vida va a ser eficazmente protegido, si el desarrollo de las autonomías va a realizarse cono criterios de unidad y solidaridad o prevalecerán las tendencias gravemente disolventes agazapadas en el término nacionalidades, y así un sinfín de transcendentales temas (...) En determinadas ocasiones, la abstención puede estar justificada. Incluso darse el caso de una abstención beligerante como en el pasado referéndum constitucional"... pues bien, este ciudadano ha dicho hoy: "Estoy muy a gusto con la Constitución". Y eso es un Milli Vanilli total porque, o mentía entonces cuando le repugnaba la Constitución o miente ahora que le provoca tanto placer.

Eso sí, hay que darle toda la razón cuando ha dicho: "Las leyes no pueden ser vulneradas". Es muy valiente que alguien como él denuncie estas cloacas del Estado que pasan por encima de la ley y usan fondos reservados para violarla repetidamente intentando destruir personas y reputaciones por el solo hecho de pensar diferente. ¿Porque hablaba de esta asquerosa vulneración de la ley, verdad?

Y, finalmente, ZT (Zapatero Talante). El hombre del "Apoyaré", un tipo de fiar, ha excretado oralmente dos ideas IN-SU-PE-RA-BLES: 1/ "hemos permitido el autogobierno en Catalunya y su crecimiento" (gracias bwana), y 2/ "No hay ninguna democracia en el mundo que haya conocido ni conocerá una segregación territorial"... frase que ha provocado la muerte repentina de una historia de la humanidad que ha visto, por ejemplo, como 43 de los 193 estados que componen el listado de países independientes en el mundo tienen menos de 35 años.

Ojalá, esta actuación de los nuevos Milli Vanilli tenga continuidad con una gira veraniega por los pueblos. Sería muy útil para los chiquillos, que no tienen escuela hasta septiembre y hay que entretener de una manera u otra.