¿Recuerda las detenciones del miércoles de la semana pasada en Girona, verdad? Dos alcaldes, un fotoperiodista y otros 13 ciudadanos. Llevadas a cabo por miembros del Cuerpo Nacional de Policía y ofreciendo varias modalidades de actuación. Aquello que le llamaríamos "la variedad de la performance". En unos casos procedieron a realizar las detenciones con la cara tapada, en otros el detenido estaba delante de sus hijos en el momento de llevárselo, en otros el detenido fue esposado, en otros no está claro si se identificaron o no... Vaya, actuaciones diferentes como para evitar la monotonía de la cosa, ¿sabe?

Eso sí, todas las detenciones son coincidentes en un par de detalles: no existía ninguna orden judicial y no había ningún motivo objetivo para llevarlas a cabo.

Solo al final supimos que habían detenido a un montón de gente para entregarles una citación en la cual se los informaba de que los estaban investigando por el corte de las vías del AVE en Girona. Naturalmente, a partir de aquí empezaron las preguntas. Y hoy ya disponemos de las respuestas fundamentales. Y todo gracias a una información a la que ha tenido acceso TV3 (pequeño inciso: si las fuerzas de la reconquista consiguen cerrarla, fíjese todo lo que se ahorrarían).

Seguramente usted recuerda que el ministro del Interior, Grande-Marlaska, que es quien se ocupa de la policía, dijo el mismo día de las detenciones que "la operación había sido dirigida por un juez". Y, también seguramente, recuerda que el viernes, tres días después, dijo que la operación había sido "supervisada" por un juez.

Pues bien, resulta que en el momento de las detenciones, la causa estaba archivada. ¿Y, sabe por qué? Porque el juez no había identificado ninguna de las personas que había cortado las vías y lo dejó estar.

Y resulta que un juez no puede pedirle al CNP que asuma la investigación de una causa que está archivada. Por lo tanto, cuando el ministro dijo que el juez "dirigía la operación" estaba hablando de un imposible. Alguien de los suyos lo engañó.

Y resulta que la causa, además, no estaba en manos del CNP sino de los Mossos. Y resulta que fue el CNP quien, sin encomendarse a nadie, decidió intentar identificar unilateralmente a quien había cortado la vía. Y resulta que entonces fue cuando el CNP fue al juez y le dijo que preparaba unas cuantas detenciones, pero sin especificar cuántas ni que entre los detenidos habría dos alcaldes y un periodista que estaba en el lugar de los hechos trabajando.

Total, que como la policía española actuó sin encomendarse a nadie, ahora se entiende por qué la delegada del Gobierno tardó seis días en aparecer. Claro, no tenía nada que decir porque no tenía ni idea de lo que había pasado. Igual que el ministro. Los dos responsables políticos del CNP no sabían qué había hecho la policía.

Y así confirmamos la terrible conclusión. España, año 2019. La policía puede venir a tu casa en cualquier momento y te puede detener, te puede esposar y se te puede llevar a un calabozo sin ninguna orden judicial, sin ninguna prueba, sin que conste ninguna investigación y sin que ningún responsable político del cuerpo esté al caso.

En la España del 2019 hay un estado paralelo que actúa como le place, donde le place y cuando le place. Y no pasa nada. De nada. Bien, no le sucede nada a quien lo hace, claro. Quien lo sufre, a callar, a obedecer y a recibir. Y a poner las manos muy juntitas para que en el momento de esposarlo no le dejen un brazo listo para ser enyesado, como al alcalde de Verges.