Fue un buen intento, pero desde el primer momento ya se veía que le faltaba fuerza. El apocalipsis total necesita nombres potentes, contundentes, que suenen enérgicos. Como una orden que, solo oírla, te haga cagarte de miedo. Y, sinceramente, flurona hacía aguas por todas partes. En primer lugar, por concepto, porque unir la covid y la gripe da miedo, sí, pero es miedo de tren de la bruja de la fiesta mayor. La primera vuelta no te esperas al señor con la máscara de goma y la escoba, porque hacen tanto de tiempo que no subías a la cosa que ni recuerdas de qué iba y tienes un sustito, pero en la segunda ya ves que aquello que lleva puesto encima de su ropa a manera de vestido brujil le va corto y debajo lleva unos pantalones piratas con bolsillos laterales y unas bambas "Adaidas" o "Mike Air" con unos calcetines que a pesar de ser blancos son menos blancos que sus piernecillas. Y entonces pierde toda la gracia. Si es que en algún momento tuvo alguna.

Pero flurona, sobre todo, flaqueaba por el nombre. Va, si no tiene a nadie cerca, haga la prueba. Diga "flurona". En voz alta. Sí, tiene que ser en voz alta porque mentalmente no funciona igual. Flu-ro-na. ¿Verdad que es una palabra que es manifiestamente flojita? A medida que la dices pierde aire de manera inconsistente. Fffffflurona. Es como un pedito. Es Jordi LP imitando a Jordi Pujol. Como sería la cosa que sólo se habló de ella un día (¡UNO!). Y nunca más. Y porque era fin de año y aquel día no había ninguna otra noticia catastrófica y findelmúndica para llenar el espacio que cada día dedicamos a las noticias del fin del mundo (de aquí viene findelmúndica). Y a continuación ya desapareció de nuestras vidas como si nunca hubiera existido. Como un Coutinho cualquiera.

En cambio, ¡¡¡¡ahora sí!!! Esta es la buena. ¡Ahora lo han acertado! Hooombre (y mujer), ¡¡¡esta nos gusta mucho!!! ¡¡¡Deltacron!!! ¡Buuuuum! Es que es decirla y ya te cae encima. Va, dígala en voz alta. ¡DELTACRON! ¿Qué, es como tener dos polvorones en la boca y que te venga un estornudo, verdad? Y ahora, compare, por favor. Primero diga "flurona" y "después" deltacron. ¿Qué diferencia, no? La noche y el día. Flurona es como la voz pitufa que te sale después de inhalar helio. Deltacron es el efecto de una comida de coliflor de primero, fabada con chirizo y metralla diversa de segundo, y para rematarlo un capipota donde mojas pan untado con manteca de cerdo. ¡Patán!

Deltacron es un monstruo de 10 metros saliendo del mar y caminando por una gran ciudad mientras destruye los rascacielos como si fueran mantequilla (porque los monstruos de 10 metros siempre aparecen en las grandes ciudades con mucha gente y nunca en Gisclareny, por ejemplo, donde hay 27 habitantes y de rascacielos, más bien pocos). Deltacron no es "omidelta", que sería la otra posible unión entre delta y ómicron y que tiene el mismo problema que Flurona: a medida que la dices, la épica se va al carajo.

Pero todavía es mejor el origen del concepto. Porque une las dos variantes más famosas, y a peor, del SARS-CoV-2: la delta y la ómicron. ¡Eso sí que da miedo de verdad! Eso solo es comparable con cruzar un paso de peatones de BCN por donde pasa un carril bici. Fiiiiiu, ahora un patinete a 60 por hora en contradirección conducido por alguien que va con unos auriculares mayores que su cabeza (y seguro que su cerebro). Fiiiiiu, ahora un ciclista con un altavoz a toda hostia que desconoce que cuando un semáforo está en rojo quiere decir detenerse y que también sufre la carencia de saber que la bicicleta tiene una palanquita que sirve para frenar. Y fiiiiu, ahora un individuo que va de pie encima de una rueda y dos pedales, que es donde lleva los pies, que acostumbra a llevar las manos en los bolsillos y va tan pendiente de que se lo miren que no ve nada más.

DELTACRON, ahora sí, ahora ya podemos morir todos entre terribles dolores de horror de espasmos de miedo infinito... hasta que llegue deltacron+flurona, o sea, las dos variantes de covid + la gripe y que, espero, sea la siguiente hecatombe harmagedónica de terror infinito.