¿Sabe eso que llamamos "la Fiscalía", así en genérico? Pues hoy "la Fiscalía" es noticia porque defiende que Puigdemont tiene derecho a ser candidato a las europeas.

O sea, imagínese qué chapuza más monumental tiene que ser aquello que perpetró la ya famosa Junta Electoral Central (JEC) que Fiscafina les ha dicho "mirad, ¿Sabéis qué? Subid aquí arriba y veréis desde d'Astorga a Sabiñánigo. Pasando por Móstoles".

Pero, una vez más, la culpa no es de la JEC. O no solo. La JEC es un organismo político y sus miembros son elegidos por los partidos políticos siguiendo criterios políticos. Por lo tanto, los partidos consideran que los señores y señoras de la JEC son empleados suyos. Y cuando les conviene aprietan el botón de cobrarse el favor. Y entonces hay quien los obedece y hay quien aplica su criterio profesional independientemente de lo que convenga a según qué persona.

¿Qué quiere decir aquí "convenir"? A ver, guste o no guste Puigdemont, y lo que él haga o deje de hacer, el president en el exilio, es ahora mismo la figura que más toca las pelotas al Estado.

Que a Waterloo vaya más o menos cada día algún medio de comunicación de todo el mundo para entrevistarlo quiere decir que más o menos cada día en alguna parte del mundo alguien sabe que en España está pasando una cosa que no es muy normal.

Que Puigdemont haya creado una pequeña Galia resistente y que no pueden eliminar, es un grano que les molesta tanto que usted no se lo puede ni imaginar.

De la misma manera que les molesta que cada día de juicio sirva para recordar que hay 9 personas que hace un año y medio están en prisión provisional porque se ve que alrededor de tres millones de ciudadanos miraron con cara de odio un grupo de guardias civiles que no habían sentido tanto miedo ni en el Euskadi donde los asesinaban como mosquitos.

Por eso en España no se habla nada del juicio y por eso conviene hacer desaparecer Puigdemont. Como sea. Y por eso se hinchan errores como el del tuit de Núria de Gispert, un tema que, por cierto, tiene mucha relación con este caso.

El estallido de la polémica me pilló en Bruselas. Y allí los presidentes Puigdemont y Torra convocaron un pequeño encuentro con los medios para valorar, entre otras cuestiones, esta de la JEC. La tercera pregunta, formulada por una cadena privada de TV española, ya fue sobre el tema De Gispert. Y la misma cadena preguntó dos veces más por esta cuestión. De 8 preguntas, tres sobre un tuit. Claro, porque mientras hablamos del error de la expresidenta del Parlament (porque el tuit fue un inmenso error, pero no para generar lo que se ha generado artificialmente) no hablamos de la decisión de la JEC ni, sobre todo, de como en las instituciones europeas de Bruselas todavía hoy se pellizcan con la decisión de la JEC y no dan crédito al despropósito.

Pasó lo mismo con la no menos famosa puerta abierta al diálogo de Puigdemont a Inés Arrimadas durante aquella performance de Ciutadadanos delante de la Casa de la República en Waterloo. En vez de analizar la cuestión de fondo, acabamos hablando del tuit de Toni Albà. ¿Se acuerda, verdad?

Siempre cortinas de humo. Siempre intentando silenciar momentos incómodos usando la mancha de hinchar muñecos que tapen lo que los molesta. Una película que ya hemos visto. Y ya sabemos cómo acaba: el asesino no es el mayordomo y la frase final es aquella de... ¡"lo veis como la justicia española es independiente! Si no lo fuera, no le daría la razón a Puigdemont!". Frase que se contesta con el también ya clásico: "Bien, el problema quizás es que la justicia política es demasiado descarada y hay momentos en que tiene que corregirse a sí misma porque se da cuenta de que se ha pasado 33 pueblos de 33 países".