¿En Catalunya hay jirafas? A ver, técnicamente sí. Las del zoo de BCN, ¿pero estaremos de acuerdo en afirmar que, a pesar de encontrar algún ejemplar, la jirafa no es un animal significativo en nuestro país, verdad? Pues bien, ahora le pregunto: ¿Hay una ultraderecha identitaria catalana de raíz independentista? Pues mire, como las jirafas, claro que hay, pero convendremos que es residual. Por mucho que algunos intenten demostrar lo contrario y busquen canviar la realidad social.

Es extrema derecha catalana toda la que vive y trabaja en Catalunya, pero es bastante probable que los 217.883 catalanes que han votado a VOX no lo hayan hecho buscando la proclamación de una República independiente. Y le diré más, en general lo han hecho, precisamente, por todo el contrario. Y también le añadiré que eso de la extrema derecha en nuestro país no es nuevo, lo que sucede es que hasta ahora representaba una minoría de la minoría minoritaria, salvo el momento Plataforma per Catalunya.

El partido de Josep Anglada empezó con 4 concejales en las municipales del 2003 (Vic, Manlleu, El Vendrell y Cervera) y subió a 17 en las del 2007. En las elecciones en el Parlament del 2010 consiguió 75.321 votos, un 2,4%, y al principio del escrutinio hubo algún momento en que sacaba diputados. En las municipales del 2011 llegó hasta los 67 concejales, pero a partir de aquí empezó la autodestrucción que en febrero del 2019 acabó con su disolución y la entrada de sus miembros en Vox. Sí, en Vox. No en cualquier otro partido, no. En Vox.

Y así llegamos a los 217.883 catalanes que ayer votaron al partido de Santiago Abascal y que son una suma de muchas cosas. Sobre todo los antiguos votantes más death metal de Ciudadanos, pero también del PP (de hecho el propio Abascal se fue del partido de Aznar para ser demasiado blando), franquistas y fachas diversos, xenófobos, españolazos, unionistas radicales y partidarios de la mano muy dura contra el independentismo (aún les pegamos poco). Pero también son desencantados de la política, personas que el sistema ha expulsado y creen que el populismo los sacará del agujero o negacionistas de la pandemia. Y seguramente todavía son más cosas. Pero estos cerca de 220 mil catalanes no se han decidido por Vox porque sea lo que llenará su impulso indepe. Y si algún indepe ha votado Vox, alguien tendría que explicarle que los veganos no van cada fin de semana a una churrascada y, además, con mucha hambre.

Por lo tanto, el interés que han tenido algunos (y algunas) en buscar jirafas en el Montseny ha acabado con el hallazgo de jabalíes, ranas, tritones, mirlos, liebres, ardillas, herrerillos y el resto de fauna de la zona... pero de jirafas, ni una. Porque en el Montseny no hay. Se entiende que antes de ponerse la venda en la herida haya quien quiera justificar vetos, muy respetables y en política todavía más, pero no hay que inventarse que en Catalunya los carriles bici están llenos de jirafas. Perquè no es verdad.

No, el Salvini catalán no es una jirafa. Se llama Ignacio Garriga y será diputado por Vox. Él y otros 10 catalanes. Y lo serán porque les han votado 220 mil ciudadanos que serán todo lo que usted quiera, ¡pero que no, hostia, que no son jirafas!