He conocido la muerte de la compañera y amiga Montse Oliva de camino a Valls. Estaba yendo para asistir a la festividad de Santa Úrsula, posiblemente la más importante de la temporada castellera, sin desmerecer ninguna otra. Y no he podido evitar empezar a recordar algunas de las anécdotas vividas juntos. Sobre todo una que cuando la explicábamos, no se la creía nadie.

Sucedió el año 2004. Cubríamos la campaña de Zapatero para el diario AVUI. Ella hacía la parte informativa y un servidor las contracrónicas. Aquello que le llaman "el color". Toda la caravana nos despertábamos en las 6 en una ciudad, cogíamos un avión hasta Madrid, asistíamos a un acto de aquellos llamados "sectoriales", a la hora de comer cogíamos otro avión en dirección a otra ciudad, asistíamos a un mitin, íbamos a dormir a las tantas, muchos días sin cenar, y al día siguiente nos levantábamos a las 6 para volver a hacer la rueda. Y así durante 17 días.

Una de las noches que pudimos dormir en Madrid, Montse y un servidor cogimos un taxi desde el aeropuerto. El conductor nos oyó hablar y llegó la típica pregunta: "¿Ustedes son catalanes, verdad"?. Total, que como nos había entendido alguna cosa, ya sabía que éramos periodistas y acabamos hablando los tres de la campaña. Hasta que nos preguntó de qué medio éramos. Se lo dijimos y aquel hombre, taxista de Madrid, va y nos suelta: "Pues entonces ustedes son Montserrat y el del nombre raro...".

Montse y yo nos miramos absolutamente incrédulos. Pero todavía faltaba lo más espectacular y lo que lo explicaba todo. Seguidamente, el taxista abrió la guantera, sacó un ejemplar del AVUI y nos dijo: "Es que hoy les he leído". ¡IN-SU-PE-RA-BLE!

Josemi Gallardo, responsable del palio de la Procesión de la Candelaria y segundo del de Las Angustias de la Hermandad de los Gitanos, hoy estaba en Valls. Ha sido invitado para ver la diada, pero sobre todo para participar en una mesa redonda que hicieron el sábado para hablar de la relación que hay entre un cap de colla y un capataz de un paso de Semana Santa. Varios asistentes y el mismo Josemi me han comentado que las semejanzas son espectaculares y que las dos expresiones culturales populares tienen muchas similitudes.

El señor Gallardo no había visto nunca una diada castellera como la de Santa Úrsula. Estaba en el balcón y enseguida ha bajado a pie de plaza a vivir la pasión que hay. Cuándo le he preguntado qué sensaciones tenía me ha dicho: "He llorao. Cuando he visto como se vive esto y como se sufre, he llorao de emoción".

Y no he podido evitar pensar en el taxista de Madrid, acabado con D, del Madrid ciudad. El Madrid que no es el Madrit, acabado con T, que representa una cierta España que es la que muchos intentan mostrar en los medios de comunicación que controlan. Este Madrit que no es, ni lo será nunca, el Madrid que tantos periodistas catalanes conocimos gracias a Montse Oliva.

Sí, porque Montse ha sido la persona que nos ha permitido entender muchas cosas a muchos juntaletras catalanes que en algún momento u otro de nuestra vida hemos ido a parar a Madrid.

Montse Oliva, una periodista con un gran sentido del humor y con una gran mala leche pero que era una persona inmensamente tierna, y que fue la primera persona que el 11-M del 2004, cuando intentábamos comer en el "verde", un bar situado delante de la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid, después de la mañana más horrorosa y terrible de mi vida, me dijo: "quizás no ha sido ETA".

Hoy todos los que la conocimos, hemos perdido a Montse. I Madrid, con D, también.