El título de esta pieza es una pregunta que se plantea a menudo. Sobre todo últimamente. Y la respuesta que siempre doy cuando me la hacen es: defíname democracia.

Si democracia es que sea normal que un estado donde el señor que ha sido el más votado en las elecciones no puede formar gobierno con según qué partido porque recibe según qué presiones de según qué grupos... pues sí, entonces lo es. Y, sí, hablo del PSOE de Pedro Sánchez, del Unidas Podemos de Pablo Iglesias y de lo que en Madrit (concepto) se conoce como Los Acuerdos. O sea, el pacto del poder económico para decidir qué sucede en España y cómo sucede.

Si democracia es que España 1/ comunique quién es la sustituta de Josep Borrell como eurodiputado antes de que Borrell haya jurado como eurodiputado, 2/ y, por lo tanto, mantenga una actitud opuesta a la sostenida con los casos Puigdemont, Junqueras y Comín, 3/ a quien no los reconoció como eurodiputados porque no habían jurado el cargo, 4/ circunstancia que les impide de momento ser eurodiputados... pues sí, entonces lo es.

Si democracia es que un estado resuelva sus problemas políticos y de libertades usando la justicia política... pues sí, entonces lo es. Y, sí, hablo del juicio-escarmiento al independentismo con nueve personas acusadas de unos delitos que en ningún caso les podrían ser imputados. Y no lo digo yo, lo dicen varias personas que saben mucho de leyes y de códigos penales sin miradas de odio que no se habían visto ni en aquel País Vasco donde ETA asesinaba más.

Si democracia es reclamar la extradición de raperos usando conscientemente un código penal posterior al de los hechos juzgados para, de esta manera, intentar saltarse la propia ley con el objetivo de forzar un castigo ejemplarizante... pues sí, entonces lo es. Y sí, hablo de Valtònyc.

Si democracia es que una justicia política se otorgue el poder de tomar decisiones políticas unilaterales porque considera que es ella quien tiene que salvar el Estado de no-se-sabe-qué, pues sí, entonces lo es. Y esto último, no lo digo yo. Lo dice la señora Concepción Talón, fiscal jefe de BCN y sustituta de Ana Magaldi, en una entrevista concedida a Jesús García en el diario El País.

Afirma la señora Talón: "Todo el mundo es libre para defender sus ideas, pero en el marco legal. Si encuentran el camino para hacerlo legalmente, la fiscalía no intervendrá. No perseguimos ideologías". Pero unas cuantas respuestas más abajo afirma: "Hablar ahora de indulto está fuera de lugar. Cuando se impone una pena, está para cumplirla. Se tiene que recibir el reproche jurídico". Y ahora atención a la frase: "Existe la prevención general, que está funcionando: ha motivado que muchos políticos se hayan retraído un poquito". O sea, la justicia ha usado la prisión preventiva para hacer pasar las ganas que otros puedan tener de según qué.

Y la señora Talón lo remata diciendo: "El poder judicial ha sostenido el Estado".

Pues bien, si todo eso es así, efectivamente, España es una democracia. A la española.