El viernes se hizo viral lo que un niño dijo en directo en Los Cuarenta Principales de la Cadena Ser. Aquí recogemos el audio que colgó el usuario de twitter @candeliano. Oirá una voz distorsionada haciendo la pregunta y el niño respondiéndola:

La mayoría de críticas han argumentado cosas parecidas a: "y resulta que donde adoctrinamos es aquí, en las escuelas catalanas y en TV3". Pero desde la vertiente mediática, el tema vuelve a ser los silencios desequilibrantes de la propaganda. Si de lo que se trata es de denunciar el adoctrinamiento de los menores, nos sumamos todos y ante cualquier tipo de adoctrinamiento de cualquier menor. Siempre que sea verdad, claro. Montajes de pacotilla, no hacen falta. Pero si sólo alzamos la voz cuándo vemos la pajita en el ojo de los otros y callamos cuándo tenemos una fábrica de vigas en el propio, lo que estamos haciendo es usar a los niños para hacer propaganda barata. Y eso es feo. Y condenable. O tendría que serlo. Pero es demasiado goloso como para dejar de hacerlo, porque es muy efectivo. Y la prueba es la opinión que tiene sobre esta cuestión la mayoría de la opinión pública española.

Pasa igual con la violencia. Sólo un ejemplo. El caso aquel de Balsareny en el que una pareja denunció que les habían intentado quemar la bandera española que tenían en el balcón. Los medios españoles lo convirtieron en un "han intentado quemar una casa de una pobre gente con ellos dentro sólo por defender España. ¿Esta es la revolución de las sonrisas?". Al final fue imposible saber la verdad de lo que sucedió realmente allí, pero quedó demostrado que no se intentó quemar la bandera del balcón y que de haber algún incidente fue en la entrada de la casa. Pues bien, los residentes en la vivienda fueron entrevistados en las cadenas privadas españolas y presentados como unos mártires. Y recibieron la llamada personal de Mariano Rajoy y de Albert Rivera interesándose por su situación.

Y ahora me olvido de qué tipo de personajes son los residentes en esta casa y de sus tan conocidas como poco claras actividades, porque eso no disculpa lo que pasó, si es que pasó alguna cosa. Ahora bien, ¿todo el mundo que ha sufrido situaciones parecidas, mucho más reales y mucho más graves que aquella, tiene derecho a ser entrevistado en los programas matinales de las cadenas privadas españolas para denunciar su caso? ¿Y tiene derecho a ser llamado por Rajoy y Rivera interesándose por su integridad física y moral? ¿O no es noticia cuando quien recibe la violencia es quien tiene una estelada en el balcón? ¿Y no es noticia que en vez de 150 gramos de cerillas hablemos de disparos? El fotoperiodista Jordi Borràs lo denunciaba este sábado a raíz de un nuevo caso...

Si el lunes ninguna cadena española entrevista a ninguno de los 10 afectados y, finalmente, ni Rajoy ni Rivera llaman a ninguno de los 10 tiroteados, podremos pensar que a ciertos periodistas y a ciertos políticos les importa una mierda la violencia. Sobre todo cuando afecta a los contrarios a su ideología. Y también podremos pensar que ni los unos hacen periodismo ni los otro hacen política sino pura propaganda. Pero bien, no suframos, seguro que les entrevistarán y les llamarán. Sin parar. Sí, y yo por fin ganaré el premio de mister camiseta mojada en la discoteca La Cueva de Sabiñánigo.

En manos de gente muy extraña

También puede pasar de que al final no pase nada de lo que he manifestado unas líneas más arriba. Bien, de hecho, lo más probable es que, efectivamente, no pase nada de nada, de nada, de nada. Bien, de hecho, sería lógico que no pasara nada de nada, de nada. Porque estamos en manos de unos personajes pintorescos. Mire y escuche lo qué dijo José Antonio Sánchez, presidente de RTVE durante la presentación de la firma del convenio de colaboración entre el Instituto Cervantes y el Canal 24 Horas para difundir el castellano:

Como dijo uno de mis filósofos de cabecera, Bernd Schuster: "no hase falta desirt nada más".

Denunciar la mentira con una mentira

Por favor, mírese dos frases de esta portada. La subrayada y la que está encuadrada en la parte inferior derecha:

No deja de ser interesante comprobar como a unos centímetros de denunciar que las noticias falsas son un peligro para la seguridad se publique una noticia falsa. Sí, porque la inmersión lingüística NO educa sólo en catalán. Afirmar eso es mentira. Por lo tanto El País miente. Por lo tanto, El País, como ellos mismos denuncian, es un peligro para la seguridad.