¿Tengo información privilegiada? No. ¿Tengo contacto directo con los participantes en la reunión de hoy? No. ¿He tenido acceso a las conversaciones? No. ¿Me han filtrado cosas? No. Ahora bien, como diría el maestro Puyal, me juego una tortilla de guisantes que habrá gobierno. ¿Cuándo? ¿Cómo quiere que lo sepa si no tengo información privilegiada, ni contactos, ni acceso a las conversaciones, ni me han filtrado nada? Pero habrá gobierno. ¿Cómo lo sé? Porque tengo ojos.

A ver, si tres de los líderes máximos de los dos partidos que tienen que formar gobierno deciden escenificar una reunión en Lledoners, no es para después dejarlo todo en nada. Si das el paso de mostrar la imagen de hoy es porque a continuación dirás que hay que seguir negociando "los detalles", pero que hay la intención de llegar a un principio de acuerdo "global" ya que la reunión "de alto nivel" ha desencallado la situación que después se concretará en varias reuniones de los equipos negociadores. Eso de hoy es institucionalizar el pacto. Después ya veremos como, cuando y con quien.

El como sería el reparto de conselleries y los equilibrios con el yo te doy salud y yo me quedo feminismo, tú te quedas los fondos europeos y yo economía... O lo que sea. El cuando pues no debería ser muy tarde porque ya que lo hacen, no tiene sentido retrasarlo mucho más. Y el con quien son los equilibrios internos de cada uno de los dos partidos, hacer encajar eso en el encaje general del gobierno y la paridad. Nada que no hayamos visto en otras situaciones parecidas. Que, de hecho, es la muy famosa conversación de Lluís Salvadó que fue filtrada y que era un comentario desafortunado sacado de contexto pero que hay que situar en el momento en que se buscaba una mujer de una determinada adscripción para ocupar una conselleria y no encontraban el perfil.

Pero sobre la reunión de hoy hay una cosa muy importante, que de hecho son dos: el lugar donde la han hecho. La escenificación quiere señalar que seguimos viviendo una disfunción que, por mucho tiempo que haga que se produce, lo sigue siendo. Digale disfunción o digale aberración, barbaridad, injusticia, abuso de derecho, ignominia erdoganesca o lo que se le ocurra. Pero que la reunión se haga en la prisión quiere decir, también, que dos de los principales líderes de los dos partidos que gobernarán Catalunya están en la cárcel. Porque Oriol Junqueras y Jordi Sánchez están EN LA CÁRCEL. Y los otros dos líderes están en el exilio. Carles Puigdemont y Marta Rovira están EN EL EXILIO. Y también están en prisión una presidenta del Parlament. Porque Carme Forcadell también está EN PRISIÓN. Y están varios consellers. Dolors Bassa, Quim Forn, Raül Romeva, Josep Rull y Jordi Turull están EN PRISIÓN. Y está el líder de una entidad cívica que hace años trabaja por la cultura del país. Sí, porque Jordi Cuixart, presidente de Òmnium, también está EN PRISIÓN. Y hay dos consellers más que también están en el exilio. Sí, porque Toni Comín y Lluís Puig están EN EL EXILIO. Y esta situación ya hace tres años que dura. ¡TRES AÑOS!

Y junto con los citados y las citadas, en Catalunya hay unas 2.500 personas (DOS MIL QUINIENTAS) que tienen alguna causa relacionada con la represión ordenada por el Estado. Exconsellers, políticos, cargos públicos diversos, funcionarios, manifestantes, cantantes, payasos, alcaldes, concejales y ciudadanos de todo tipo y condición. Por lo tanto, sería lógico pensar que si se ha decidido dar publicidad a una reunión en la prisión es para denunciar todo eso y para, a partir de aquí, pactar un gobierno.

Ahora bien, si usted me pregunta cuánto tiempo durará este gobierno, tengo que decirle que aquí no sólo no me juego una tortilla de guisantes sino que no me juego ni un solo guisante. Es más, no me juego ni un dátil con bacón. Ni tan solo un trozo de piña con kirsch. Porque una cosa es que haya gobierno y la otra es su duración.