Cuando lo vieron, las escuderías de formula 1 que esta semana han estado haciendo pruebas en el circuito de Montmeló se rindieron: "Lo sentimos, no podemos competir en velocidad con esta gente", manifestaron desoladas. Efectivamente, se referían a partidos políticos y periodistas que, después de días despreciando la huelga y la manifestación feminista del jueves, cuando vieron que la cosa podría tener el éxito que tuvo, empezaron a correr a apuntarse al carro tan rápidamente que ha habido que recalcular la velocidad de la luz. Nunca se había visto cosa igual.

El ejemplo que más ha triunfado a la red es el de Ana Rosa Quintana, una de las dos reinas de la mañana en las cadenas de TV privadas. Tuvo la mala suerte, pobrecita, de entrevistar hace unos días a Mariano Rajoy y hablar con él de la huelga. Y decir públicamente que no la haría. Y la gente, que es muy mala, se lo ha recordado. Por ejemplo, el usuario de twitter @Asil_Vestra0, colgó el momento donde Ana Rosa decía que NO haría huelga sino "otra cosa":

¿Queda claro, verdad? El problema es que si la reivindicación consiste en hacer una huelga y tú dices que no harás huelga "sino otra cosa", esta cosa sólo puede ser una: no hacer huelga. Es como si vas a un restaurante donde exclusivamente sirven carne y te preguntan: "¿Usted comerá carne"? y respondes: "No, comeré otra cosa". Pues usted no comerá nada, porque este es un restaurante exclusivamente de carne. O carne o hambre. Pues eso de Ana Rosa y la huelga iría un poquito por aquí.

Pero al final, "la otra cosa" que hizo fue... hacer huelga. Y la gente se dividió entre la que le reprochó haberse apuntado a última hora a la causa para quedar bien y la que decía que tuvo que hacer huelga porque todas las mujeres de su equipo, incluidas las de la parte técnica, decidieron hacer huelga. Ella, o mejor dicho, quien le lleva la cuenta particular de twitter fue contestando a las críticas con una respuesta estándar. Esta:

Por cierto, cuando afirmo que la respuesta venía de quien le lleva la cuenta es porque ella fue a la mani. Y ya se sabe que en las manis no hay cobertura de móvil porque hay más gente que 4G. Y todavía hay menos cobertura como para poder ir respondiendo a toda la gente que te va citando.

Ana Rosa, pero, no ha estado sola. Albert Rivera, rey del transformismo ideológico, días antes de la huelga estaba totalmente en contra:

Al día siguiente, en cambio, no había en el planeta Tierra nadie más a favor que él de la jornada reivindicativa del día anterior:

Ana Rosa y Rivera, dos ejemplos de posturismo periodístico y político que no han estado solos. El mismo Mariano Rajoy que veíamos antes con Ana Rosa, en aquella misma entrevista dijo otra famosa frase. Al ser preguntado por la desigualdad de salarios hombres-mujeres puso aquella cara tan suya y soltó: "No nos metamos ahora en eso". Pues bien, del "no nos metamos ahora en eso" hemos pasado a...

... efectivamente, hemos pasado a llevar y pasear el lazo lila con alegría. Pim y pam. Pero hay otros ejemplos en sentido contrario y contracorriente, que han sido muy sorprendentes. Sobre todo uno.

La iglesia española acostumbra a expresar su pensamiento a través de Obispos como Cañizares, Munilla o Reig Pla y sus opiniones digamos que son... bien, digamos que no son muy partidarias ni de la huelga feminista, ni de la mani feminista, ni de lo que piensan las feministas, ni de lo que digan las feministas, ni de nada que huela a feminismo. En general. De hecho, cuando estos tres señores encuentran alguna idea feminista en la sopa, huyen poseídos todavía con más velocidad que Ana Rosa, Rivera y Rajoy se ponen la medalla reivindicativa. Pero en la iglesia española también hay gente como el Obispo de Madrid y Cardenal, Carlos Osorio. Cuando días antes del jueves le preguntaron si comprendía la huelga, él dijo: "La comprendo, claro. Hay que defender los derechos de las mujeres. Lo haría también, lo hace de hecho también, la Santísima Virgen Maria, que es la expresión máxima de la dignidad de la mujer". O sea, según Osorio, ¡la Virgen Maria habría ido a la mani!

¿Se lo imagina? Ana Rosa, Rivera y Rajoy en la mani empujando a la Virgen para que no les robara protagonismo. Y mientras, en los Palacios Episcopales de Cañizares, Munilla y Reig Pla, diversas unidades del 112 intentado recuperarles de unos terribles y repentinos achuchones de salud fruto del impacto.

¡ME-MO-RA-BLE!