Y, de repente, un ciudadano publica eso en su cuenta de twitter:

Como habrá comprobado, lo que intenta denunciar este personaje, sin decirlo, es la connivencia de Júlia Otero con Anna Gabriel, o sea con la CUP, o sea con los indepes. O sea, alguien que aparece en una foto con alguien de la CUP tiene que ser despedido de su puesto de trabajo. Y para conseguir llegar hasta esta empanada, el ciudadano ha cogido un instante de un programa de TV3 emitido hace un año y un mes donde Otero entrevistó a Gabriel. Ah, por cierto, y también entrevistó a David Fernández. Pero esto el señor Vela lo olvida. O lo ignora. O lo desconoce. Porque seguramente el señor Vela ni sabe que todo sucedió en este "Fuera de serie":

Pero ¿quién es este ciudadano anónimo que se molesta en recuperar una imagen de una entrevista de hace 13 meses y la saca de contexto para tirar mierda barata contra Otero? Pues un señor que destaca de sí mismo... el sentido común!!! ¡SEN-SA-CI-O-NAL!

Y, a partir de aquí, ya tenemos la polémica servida. Con intervenciones memorables de personajes tan pintorescamente grotescos como este:

I, ¿quién es este amable señor que quiere aplicarle a Júlia Otero una humillación pública?

¡Hooombree, otro que también debe tener un gran sentido común! Y a el cual le añade un espíritu deportivo que no se lo acaba. Interesante. Estoy por hacerme socio de la cosa esta del Deporte Cartagena, porque tiene que ser una inyección de valores digna de ser vivida.

Pero, como no podía ser de otra manera, a la fiesta también se han apuntado otros ilustres nacionalistas españoles llenos de deportividad y sentido común como Hermann Tertsch, gran periodista con una credibilidad tan inmensa que pasará a la historia por haber grabado la crónica crítica de una jornada de huelga general... ¡¡¡el día antes de la huelga!!! ¡¡¡IN-CON-MEN-SU-RA-BLE!!!

Como ve, la intervención del brillante periodista que también pasará a la historia de las letras por haber convertido una riña de borrachos de madrugada en un bar en una conspiración mundial contra su persona, provocó la aparición del tradicional ciudadano que excreta el típico insulto xenófobo que puede leer justo aquí encima o del batiburrillo ilustrado de aquí debajo, perpetrado por alguien que seguramente está intentando acabar la ESO. Sin mucho éxito, por cierto...

Y a partir de aquí, lo mejor de cada casa...

La conclusión, desde el punto de vista social, es que vivimos en un mundo donde cualquier personaje con tiempo libre y actuando vaya usted a saber por qué motivos, puede sacar de contexto cualquier momento de la vida de una persona y lanzarlo a la plaza pública para que la jauría se entretenga. Y si la jauría es lo bastante numerosa y fuerte, la persona se puede acabar haciendo daño.

Pero el caso también es muy grave desde el punto de vista mediático. La verdad no importa. Alguien enfoca un momento y lo convierte en un todo. Con el único objetivo de hacer daño. Intenta explicar la realidad y veràs que respuestas obtienes. Da igual en qué momento una periodista entrevistó a una diputada que ha sido elegida democráticamente para ocupar un escaño en un Parlamento democrático. Tanto da como fue la conversación. Da igual que dijeron la una y la otra. Tú coges un frame de la vida profesional de la Otero y pones en marcha la justicia del oeste, consistente en que la masa tumultuosa (esta sí) decide arbitrariamente si cuelgan o no alguien que pasaba por allí.

Y si tienes suerte, quizás consigues tu objetivo y puedes ir por el mundo diciendo que tú eres la justicia. Y si no te sales con la tuya, al menos habrás tenido tus 150 tuits de gloria. Que para un intolerante totalitario es la máxima aspiración posible en la vida.