La campaña de primavera de las Cloacas tiene un toque demasiado adolescente. Lo quieren todo y todo no puede ser. Y además dan unos volantazos demasiado difíciles de seguir.

A ver, no hace mucho la cosa iba de terrorismo. De terrible terrorismo tan terrible que fue detenida una persona y todo. ¿Lo recuerdan, verdad? Pues sí, pasó. Pero como aquí todo va a toda prisa olvidamos que hace un mes Catalunya era un nido de terroristas cederristas. El pequeño problema es que todo era tant de pacotilla que la cosa se deshizo como un azucarillo. Pero aquello existió. Y continúa. Pero ahora sólo al nivel intoxicador habitual y aprovechando la desaparición definitiva de ETA. Sí, la desaparición de ETA, eso que entristece tanto a unos cuantos. Básicamente adolescentes políticos que sin este juguete, ahora se encuentran con que no saben con qué jugar. Una pena. Pobrecitos. Y pobrecitas.

Ah, por cierto... ¿Recuerdan esta imagen?

Fue "la imagen" porque no hubo ninguna otra. Mire que pasan centenares de personas por aquella autopista, eh. Pues sólo una persona hizo la única foto que hemos visto. Y la envió a un medio que tuvo la fortuna de obtener la gran exclusiva. ¡Caramba, qué suerte!

Pues bien, cinco meses después no hemos sabido nada más. Una pena. Ni 4.500 policías y guardias civiles y 87 millones de euros gastados en nuestra protección pudieron aclarar nada. De nada. Y ahora, con el 155 que permite que controlen los Mossos las fuerzas del bien y no los traidores sediciosos y rebeldes, tampoco. Chico, tenemos mala suerte. Y mire que ponen interés, pero al final resulta que son vencidos por el pacotillismo. Decepcionante.

Total, que abandonado en un rincón el juguete del terrorismo, ahora se entretienen con el adoctrinamiento y con el intento de romper la convivencia en las escuelas. Cáspita, que complicado es todo. ¡Y qué dispersión! Hombre, es que cuando ya tienes asumido que aquí hay centenares de muertos cada día, van y te cambian el muñeco. ¿"Qué mal todo", no cree?

Y ahora ya no hay centenares de muertos sino que el tema son los maestros que insultan, humillan y señalan a los hijos de guardias civiles. Y les dan mítines. Y les dicen que son gentuza. Y aparecen millones de quejas (o más) de padres y madres denunciando que esto es la Alemania de los años 30 y que quien no lleva un lazo amarillo es tratado como un judío en la cámara de gas. Pero pasa como con la foto de la autopista, que circula mucha gente por delante de la cosa y sólo lo ven unos muy concretos. Y con unos objetivos muy concretos. Y sólo hay una foto. Y casualmente la foto la han hecho nuevamente los autores del discurso de la sociedad rota.

Total, que como sucede siempre, los adolescentes pronto se cansarán de este juguete. Y el reto es saber cuál será el siguiente. ¿Con que decidirán entretenerse los niños para intentar obtener el rédito político y social pertinente? Bien, saber esto es uno de los retos. El otro, el verdaderamente importante, es que los adultos tendrán que seguir yendo detrás de los chiquillos arreglando y rehaciendo los juguetes que ellos (y ellas) van rompiendo. Uno tras otro. Claro, como que no son suyos...