Trescientos. 300. De la batalla de las termopilas en la de los indultos. Pedrónidas Sánchez ha combatido en el Liceo contra el ejército de los escépticos ante 300 guerreros de la sociedad civil espartana (metáfora). El Liceo, ya lo sabe, aquel refugio de la burguesía muy nuestra donde explican que una vez en una de los palcos había un matrimonio como es debido del ramo del textil y ella, mirando con prismáticos el palco donde los señores del textil acomodaban a sus amantes, las repasó visualmente a todas y le dijo al marido: "Sin duda, la nuestra es la más bonita".

El Liceo, una platea donde hace 130 años los anarquistas dejaban caer bombas y donde hoy militantes de Arran han dejado caer gritos contra los indultos y desde el escenario ha caído poesía. "Estamos donde estamos", ha dicho Pedro Sánchez. Una vez más el pobre Martí Pol usado para manifestar cosas pretendidamente profundas, y como diciendo, ¿verdad? Aquel guiño comparable a ir por Moscú exclamando "musho ruso en Rusia". "Estamos donde estamos" es una frase de aquel poema que acaba diciendo... "Pongámonos de pie otra vez y que se oiga la voz de todos solemne y claramente. Gritemos quien somos y que todo el mundo lo escuche. Y después, que cada uno se vista como buenamente le plazca, ¡y vía fora!, que todo está por hacer y todo es posible". Pero esta parte, Sánchez no la ha dicho.

Pero, ¿dónde estamos realmente? ¿A qué Pedro Sánchez nos tenemos que creer, al que no hace tanto decía que nada de indultos o al que ha venido a vendernos un pescado con aspecto de haber estado mal descongelado? Bien, y de hecho no sabemos si es pescado, carne o cosa. Y después de la poesía nos ha dicho que "nadie tiene que renunciar a su independentismo... dentro de la constitución", que "todo el mundo puede defender sus ideas respetando el pacto constitucional" y que "todo pivotará sobre la unidad de España". ¡Ah, pues perfecto! Sería una cosa como "negociaremos la independencia dentro de la Constitución que dice que España está pegada con loctite" que vendría a ser como si al señor del textil citado anteriormente le hubieran dicho que podía tener las amantes que quisiera, pero la única mujer existente en el mundo fuera la suya. Un inmenso "pos fueno, pos falen, pos adiós."

Después, por la tarde, en Estrasburgo, Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. La clave para entender el acto de la mañana ya que sin esta tarde no habría existido Liceu. Porque allí es el lugar donde "contigo empezó todo". La mañana era la vaselina repartida generosamente por el Estado con camiones cisterna para evitar el dolor de la resolución. Y la tarde sería la broca del 34. Pam! Y Los Chunguitos cantando aquello de "¡Ay que doloooor!". Es que sólo con el título, la cosa ya prometía: "¿Tienen que ser juzgados los políticos por las manifestaciones hechas en el ejercicio de su mandato?". Y que bajo este enunciado se abordara la situación en Turquía y en España, todavía prometía más. Al final, y a pesar de las presiones, han aprobado por 70 votos a favor, 28 en contra y 28 abstenciones que España libere a los presos políticos, retire las euroórdenes contra los exiliados y las acusaciones contra el resto de cargos acusados por el 1-O. ¡Brooooooouuuuum! Se hunde Tácito, Llarena, Lamela, el 13, el 10, el helicóptero del Coliseum y "con sumo agrado". Al indulto que aprueban este martes le ha sucedido como al primer lavado de un polo de mala calidad, que ha quedado corto, pero esta vez sin ni ponerlo en la lavadora. Y de propina se han rechazado todas las enmiendas de los eurodiputados nacionalistas españoles que intentaban reflotar el Titánic achicando agua con una cucharilla de café. Ha quedado fuera que los indultos obvien la malversación, volver a penalizar los referéndums no autoridades y se ha instado el Estado a reformar el delito de sedición para evitar "penas desproporcionadas".

Cuando el señor del textil ha mirado el palco de su amante, se ha encontrado sentada en "pirañaconda", el animal imposible, mitad piraña, mitad anaconda, protagonista de una película todavía más imposible!!!