Ha dicho Eduardo Inda que "Vinicius ha cambiado la historia del racismo como hizo Rosa Parks". Y se ha quedado descansado. Recordémoslo. Rosa Parks fue una activista afroamericana que un día decidió sentarse en un sitio reservado para blancos en un autobús de Alabama. Corría el 1 de diciembre de 1955. Acabó detenida. A Vinicius no sólo no le han detenido, sino que le han perdonado un partido de sanción porque cuenta con el apoyo mediático de toda la central lechera a las órdenes de Florentino Pérez, liderada por Antonio Ferreras. Sin embargo, Vinicius, por muy mal que les caiga a algunos, es una víctima aquí. Pero no sólo del racismo. Es una víctima de Florentino y del Madrid del poder. Que lo utilizan. El problema no es la frase de Inda, el problema es la gran hipocresía de la campaña que han iniciado y que nada tiene que ver con el racismo. Les importa un bledo el racismo y les importa un bledo Vinicius.

Eric Cantona cumplía ayer 57 años. El 25 de enero de 1995, hace casi 30 años, cuando el francés era la estrella del Manchester United fue expulsado en un partido contra el Crystal Palace por una entrada a Richard Shaw. Mientras se retiraba a los vestuarios, un hooligan de nombre Matthew Simmons, le dijo: “Vete a tu país, bastardo”. The King le dio una patada de kung-fu que ha pasado a la historia. El aficionado había participado en actos de extrema derecha y le retiraron el abono por incitar al racismo. Pero Cantona recibió una sanción durísima. Preguntado en rueda de prensa, soltó una frase mítica: “When seagulls follow the trawler, it is because they think sardines will be thrown into the sea. Thank you very much”. 'Cuando las gaviotas siguen el barco, es porque esperan que se tiren sardinas al mar'. Durante años mucha gente internó entender la frase. Pero no le busques sentido a las palabras, búscasela a la situación. En la crítica a los medios de comunicación que se equivocaban de objetivo.

El Madrid mediático que lo irradia todo vende el relato del racismo como la pasada semana pasaba el de las listas de Bildu; pero les importa un rábano el racismo y les importa un bledo las víctimas de ETA. Quieren poder

Y la situación aquí es que a Florentino, al Madrid y a la central lechera le importa un bledo si hay racismo en el fútbol. De hecho, todavía hay menos que en la sociedad. Y que en las instituciones. Lilian Thuram lleva años luchando contra el racismo en el fútbol. Defendió que son los jugadores blancos los que deben decidir parar el partido cuando se insulta a un jugador negro. Pero no lo hemos visto en el plató de Al rojo vivo. Sólo ahora que la víctima es Vinicius, ahora corremos todos. ¿Corremos todos? No. El Madrid mediático que lo irradia todo vende el relato del racismo como la pasada semana pasaba el de las listas de Bildu. Pero les importa un rábano el racismo y les importa un bledo las víctimas de ETA. Quieren poder.

Lo que quiere el Madrid es otra cosa. Atacar a los árbitros y, sobre todo a los jefes de los árbitros, y a la Federación Española, como hace Ferreras haciendo de portavoz de Florentino. Es decir, controlar el arbitraje y la federación. Controlar las instituciones. Tener más poder. Todo el poder. El Madrid que habla de valores y que dejaba tener la pancarta "Tu dedo nos señala el camino", el dedo que Mourinho le puso en el ojo a Tito Vilanova. El Ferreras que tiene como tertuliano de cabecera a quien defiende un muro en Melilla y a la ultraderecha. La misma ultraderecha que en los últimos Juegos Olímpicos de Tokio se olvidó de celebrar la plata del gimnasta artístico Ray Zapata o el bronce de la saltadora Ana Peleteiro. La autora de la frase "No soy una mujer de color, soy negra".