La hegemonía de VOX y los partidos ultra europeos en su momento álgido es un hecho en España, en Francia, en Alemania, Italia y en un 22% de voto en el Parlamento Europeo que consiguió “bloquearse” en las instituciones con el pacto entre liberales, conservadores y socialistas. Es un hecho que la media de las encuestas da a Santiago Abascal por debajo del 20% pero muy por encima del 15%, un porcentaje abocado a la gobernabilidad en coalición con el PP —dentro o fuera del ejecutivo. VOX quiere estar dentro y en la capacidad del PP estará donde queden.
Mientras el ejecutivo intenta marcar agenda con la acción política, al frente de izquierdas le pilla reconfigurándose en un contexto dónde nadie sabe cuándo tocará ir a las urnas. El actor que más claro —y fácil— lo tiene para saber dónde y cómo quiere ir a elecciones es Podemos. Parten de muy abajo, cuatro representantes después de liderar la coalición. Eso marca también la acción de los morados con el Gobierno. Un actor de oposición, exigente por la izquierda, con quien el ejecutivo tiene que negociar cada iniciativa, así lo resumen. Según la formación, no están en el "no es no" pero tampoco son socios de Gobierno.
En su agenda, el gasto en defensa con un incremento del 40% este año, le critican al ministro de Economía Carlos Cuerpo por presumir de ese incremento y la sospecha fundada de que se consolidará una partida fuerte en la propuesta de presupuestos, un caballo de batalla para Ione Belarra de cara a la negociación. Los planes de vivienda también se quedan cortos para los morados. Y frente a un discurso que entienden como abiertamente racista de la derecha, piden la regularización de migrantes, una iniciativa tomada en consideración en el Congreso y donde los cuatro del Grupo Mixto piden la "vía Zapatero", una regularización masiva por Real Decreto, sin pasar por el parlamento. Además de una agenda judicial con el caso Ábalos-Cerdán que corre el riesgo de convertirse en el "Caso PSOE" y puede generar resistencia en Podemos.
En la parte estratégica de cara a las elecciones, Podemos está dispuesto a ir en solitario con unas alianzas todavía por definir, pero donde no está Sumar. “¿Quién es Sumar?”, se preguntan de cara a una hoja de ruta del movimiento rosa de compleja reconfiguración. De ahí las provocaciones de los morados. “¿Por qué no le proponemos algo al PSOE?”, fue el planteamiento que eligió Pablo Iglesias este fin de semana. La formación morada ve en el lawfare el motivo de su desintegración, de los 54 escaños en 2014 a los 4 de hoy, y señala al PSOE con un "Ahora tocas esa puerta que ya denunciamos nosotros". El máximo error de Podemos, en palabras de Irene Montero, fue la elección de Yolanda Díaz. Y en aquel reparto de posiciones en las listas está la clave de los cuatro del Grupo Mixto, pero la debilidad viene de antes, según los morados. En el frente judicial encarnado en el juez Juan Carlos Escalonilla, Caso Neurona y las aperturas de causas por financiación irregular que quedaron en nada.
Podemos ha decidido ir a por el espacio a la izquierda del PSOE de aquí a las próximas elecciones
En definitiva, Podemos ha decidido ir a por el espacio a la izquierda del PSOE de aquí a las próximas elecciones. Sumar, atrapado en la coalición y desintegrado como espacio político con capacidad de aunar, queda relegado a las batallas orgánicas de cada formación. El caso de Más Madrid de los últimos días es el ejemplo más claro. El diputado madrileño Emilio Delgado lanzó en los medios su disposición a ir a primarias para competir con Isabel Díaz Ayuso. Acto seguido, la actual portavoz, Manuela Bergerot, le recriminaba también en los medios lanzar la candidatura mientras ellos esperaban a los miembros de la Flotilla. Tertulianos eficaces frente a cargos orgánicos. Más que un mal momento, refleja la tensión que sigue habiendo por capitalizar los pocos puestos de salida que quedan en las formaciones que no pueden ir por separado a las elecciones y necesitan capitalizar los primeros puestos de las listas para entrar bien en el Congreso, bien en los parlamentos autonómicos.
La baza más difícil la tendrá Yolanda Díaz. La ministra sigue defendiendo su cartera de Trabajo pero se bajó del primer puesto de Sumar tras las europeas. Con ese paso atrás, será difícil que pueda defender el espacio y aunar a unos partidos que hace tiempo caminan solos. Tanto en el Congreso como en sus procesos internos. Los presupuestos serán un buen escenario para escenificar esas posiciones. Cada grupo pedirá lo suyo en unas negociaciones que se multiplicarán por el número de partidos que hay dentro del espacio rosa. No es fácil que, de cara a las elecciones, esa lucha se recrudezca y les divida hasta el infinito.