Alemania celebra este mes los 500 años de la Reforma Protestante, un acontecimiento que cambió también el curso de Europa. Entre sus múltiples impactos y consecuencias destacó la influencia que tuvo sobre el ámbito del trabajo, tal y como en 1907 dio cuenta Max Weber en su obra clásica La ética protestante y el capitalismo. Coincidiendo con esta onomástica, IG Mettal, el primer sindicato del país, se propone dar un vuelco histórico a esta cuestión fundamental para la sociedad alemana y para la UE.

Jörg Hofmann, líder del sindicato, ha afirmado que "nosotros nos vamos a hacer cargo de la cuestión del tiempo de trabajo". El objetivo, ha explicado, es que, ante las empresas, los asalariados puedan "decidir lo que le conviene a sus vidas", no a la inversa. Las negociaciones con la patronal han comenzado el 15 de noviembre.

Reinhard Dulger, jefe de la patronal del sector, ha respondido que el sindicato "juega con fuego", agregando que su aplicación "sería como abrir la caja de Pandora".

Esta confrontación ha conmovido a la opinión pública al coincidir en el "Año Lutero", homenaje al reformador que inició su revuelta contra la Iglesia Católica en 1517 clavando sus 95 tesis en rechazo de las indulgencias en la ciudad de Wittenmerg, donde acudió Angela Merkel a celebrar su memoria.

La canciller es partidaria de que todo el mundo trabaje aceptando incluso los mini jobs y Alemania goza hoy de una situación de pleno empleo.

Lutero logró difundir sus tesis gracias al descubrimiento de la imprenta. Hoy, Alemania está entrando de lleno en la revolución digital, con la economía 4.0 en pleno despegue, y los sindicatos aprietan.

Esta situación es heredera de una visión ascética del trabajo, que en la antigüedad fue una disciplina autoimpuesta para hacer frente al caos de la naturaleza, que junto al repique campanas ayudaba a los hombres y a las mujeres a organizar sus días.

Al analizar los albores del capitalismo, "Max Weber observó cómo el protestantismo favoreció antes la disposición a ahorrar que a gastar como un acto de autodisciplina y sacrificio", según el sociólogo Richard Sennett.

Hoy, tres años después de los primeros debates sobre las 35 horas en Alemania, IG Mettal reclama también un aumento salarial del 6%. Todo un reto en un momento en que Europa se habla del "estancamiento secular de los salarios" que padecen los trabajadores.

El sindicato, que ha recibido el apoyo del sector químico, reivindica que un trabajador pueda reducir su tiempo de trabajo durante dos años sin tener que justificarlos y poder volver después a un régimen de jornada completa. La remuneración sería recortada durante el periodo de baja voluntaria.

En un país donde la mano de obra escasea esta propuesta es juzgada como "una revolución mental y social". El sindicato responde que los trabajadores liberados podrían atender a sus familias, cuestión acuciante, afirma, dado el envejecimiento de la población. Además, favorecería la natalidad.

Lutero logró difundir sus tesis gracias al descubrimiento de la imprenta. Hoy, Alemania está entrando de lleno en la revolución digital, con la economía 4.0 en pleno despegue, y los sindicatos aprietan. Quién será el ganador de este nuevo combate se conocerá en los próximos días.