En la última sesión de control en el Parlament, el president Aragonès respondía a Albert Batet, presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, que si no nos gustaba el acuerdo de claridad, propusiéramos una alternativa viable, no las fantasías del señor Canadell.

Imagino que el president Aragonès se refería a la propuesta de Junts que he tenido el honor de explicar durante la defensa de los presupuestos hace unos días y que resumo acto seguido. Cabe decir que esta propuesta proviene de la ponencia política de Junts, aprobada el mes de julio pasado con más del 95% del apoyo de la militancia.

Lo primero que proponemos es poner en marcha de nuevo el espacio estratégico de partidos y entidades. Que el espacio aglutine todo el independentismo. Será ciertamente fantasía si Esquerra no quiere participar, pero, en todo caso, son ellos los que hace tiempo que se excluyen.

La segunda propuesta que hacemos es un frente común en Madrid entre los tres partidos independentistas, para no estabilizar al Gobierno ni legitimarlo internacionalmente. Obviamente, mientras el señor Rufián siga entregado al PSOE con su estilo de todos conocido, es ciertamente una fantasía la unidad en Madrid.

Lo que ya se ha demostrado que era fantasía es pretender que una mesa de diálogo con el Estado solucione el conflicto

Lo tercero que proponemos es volver a prepararnos para el próximo embate, cosa que ya aprobamos conjuntamente en el debate de política general en el mes de octubre, con una propuesta de resolución aprobada con los votos de Junts y Esquerra y la abstención de la CUP. Justamente esta propuesta llevaba por nombre “Preparem-nos” y respondía en gran parte a la hoja de ruta del Consell de la República. En este caso, pues, hemos pasado de realidad a fantasía en el momento en que Esquerra ha dejado de darle apoyo en el debate de presupuestos, votando en contra el tripartito formado por ERC, PSC y comuns, y evitando destinar una partida presupuestaria para cada una de las acciones propuestas.

A modo de ejemplo, proponíamos preparar la agencia tributaria para recaudar todos los impuestos, crear la agencia de promoción social, tal como había previsto la consellera Violant Cervera y que tenía que ser el embrión de la seguridad social catalana, o presentar un presupuesto alternativo sin déficit fiscal para que todo el mundo que vive en Catalunya entienda qué supone el maltrato continuado y persistente del estado español con Catalunya.

Nuestra propuesta también prevé preparar la movilización en el momento en que estemos a punto del segundo embate y, finalmente, como último paso, activar la declaración de independencia en el Parlament de Catalunya.

Obviamente, con la dirección de Esquerra Republicana actual, eso es pura fantasía, pero, en todo caso, responde al mandato que tiene el president Aragonès, salido de las urnas con un 52% de los votos, y que él solemnemente se comprometió en el pleno del debate de investidura, diciendo que venía a culminar la independencia. Quizás sí que, aquel día de la investidura, el president nos vendió una fantasía.

En todo caso, una fantasía que puede tener lugar en las próximas elecciones municipales es que la ciudadanía premie a los que todavía creemos firmemente en el 1 de octubre y en que el mandato para hacer la independencia sigue bien vivo, y estamos obligados a cumplirlo o, cuando menos, prepararlo en esta legislatura.

Si el porrazo para Esquerra es lo bastante importante, no dudo de que puede pasar lo mismo que con el segundo tripartito, y tendrá que cambiar de dirección y volver a la lucha juntos.

En todo caso, estoy convencido de que el próximo embate será más corto. El primero duró cinco años, entre 2012 y 2017; el segundo puede ser más rápido, porque hemos aprendido mucho durante estos años.

Quizás sí que es una fantasía, pero al menos permite tener una esperanza en la que seguir luchando, y solo cuando lo intentemos, lo sabremos. Lo que ya se ha demostrado que era fantasía es pretender que una mesa de diálogo con el Estado solucione el conflicto; eso sí que es una fantasía, president.

 

Joan Canadell, diputado de Junts per Catalunya en el Parlament de Catalunya